Morelia, Mich./Xana Zamudio.- Desde las 8 de la mañana, los elementos de la Policía Michoacán, se reúnen a un lado de las instalaciones de la Fiscalía General de Michoacán para sumarse a la distribución de despensas emergentes a las familias más vulnerables ante los efectos del COVID-19.
Entre el café tempranero y el almuerzo exprés, los policías se preparan para llevar alimentos a las zonas más necesitadas de la capital michoacana. Van subiendo una a una las cajas de alimentos a las unidades, “nosotros vamos para ‘La López’ y ustedes se van ‘al Pedregal”, dice uno de los oficiales, mientras sostiene una lista con nombres de colonias y Tenencias de Morelia.
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Al llegar a su destino, los oficiales tocan a la puerta de los hogares, donde son recibidos por madres de familia, hombres y mujeres en desempleo, comerciantes, transportistas y demás pobladores necesitados de alimentos.
Doña Pati, quien tiene una estética, recibe apenada la caja rosa de provisiones, “casi no hay clientes desde hace semanas y a mi esposo que es taxista, le está yendo mal”, comenta mientras agacha la mirada y su voz se quiebra por el recuento.
La camioneta que va para la Pedregal, avanza en la búsqueda de los domicilios para realizar la entrega. Alfonso, quien es transportista, recibe agradecido la ayuda y comenta que, por lo menos, esta semana la “librará”, ya que asegura la situación es crítica día a día por la disminución de pasajeros y el precio del diesel.
Es casi medio día, y aún restan muchas despensas por entregar, para quienes no son localizados, los oficiales se toman el tiempo para dar una segunda y hasta tercera vuelta a los domicilios para que los beneficiados puedan recibir la ayuda alimentaria del Gobierno de Michoacán.
