Lo extraño y la polémica de atletas de Olímpicos

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Morelia, Mich| Acueductoonline.- Las bofetadas a la judoca alemana Martyna Trajdos, se trataba de un acto motivacional o cábala que tienen los atletas antes de salir a la arena en busca de una ayuda divina que les quite presión.

Claudiu Pusa la agarró con fuerza del judogi y después le dio dos cachetazos, uno con cada mano, en el rostro. Como imagen resultó chocante, pero se trató de un ritual que eligió ella misma, explicó la judoca de la prueba -63kg.

En Tokio, la venezolana Yulimar Rojas, oro en Río 2016 y gran favorita a retener la corona en triple salto, cuenta que su cábala es “cambiar de look” para los eventos y en tierra japonesa su opción ha sido teñirse el pelo de rosa.

Algo parecido, y con tintes de coquetería, le sucede a la velocista británica Dina Asher-Smith, quien contó a la prensa inglesa que se pasaba casi una hora maquillándose, peinando y atando su cabello en el vestuario, para tener la sensación de estar lista para la carrera.

Algunos atletas lo practican instantes antes de lanzarse a la prueba, mientras que otros lo hacen a puertas cerradas, buscando concentración. De hecho, en las entrañas del vestuario Asher-Smith se puede cruzar al sueco Armand Duplantis, plusmarquista mundial, quien apela a la música para encerrarse en su mundo, encontrar motivación y concentración.

En el futbol es común ver a los jugadores ingresar con el pie derecho al campo de juego, para atraer la fortuna, mientras que otros le suman el gesto de santiguarse. Estrella de la NBA y presente en Tokio, Facundo Campazzo se anota entre los supersticiosos.

Otros, van por la negativa, es decir, evitar la “mala suerte”, como el golfista mexicano Carlos Ortiz, quien se niega a golpear pelotas marcadas con el número dos para no tener desgracia, desveló la prensa de su país.