#YoapoyoParaEncontrarles

Imagen: Especial
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Morelia, Mich./Acueducto.- Eliana García Laguna, activista y convocante de la campaña #YoapoyoParaEncontrarles, explicó que en la elaboración de la misma se logró identificar que en 34 colectivos de familiares de personas desaparecidas –ubicados en 20 estados-, y a los que  busca apoyar la campaña, hay 721 niñas y niños, entre ellos 11 con discapacidades físicas y mentales, que se encuentran en desamparo.

García Laguna expuso que la mayoría de los integrantes de los colectivos se dedican al comercio informal, actividad que les permite dedicar tiempo a la búsqueda de personas en fosas clandestinas, más que con el tema de la pandemia no están saliendo a trabajar ni a rastrear.

“Están perdiendo la esperanza de encontrar a sus familiares, y esa situación de desesperanza es terrible para los niños”, dijo la activista.

Desde el 2010 la organización Ciudadanos en Apoyo de los derechos humanos (Cadhac) de Nuevo León trabaja con hijos de víctimas de desaparición, identificando que sufren síntomas de estrés postraumático y de duelo complicado, así lo contó Maricela Escamilla, psicóloga de dicha asociación.

Escamilla señala que pese a la contingencia han mantenido las terapias para los menores y sus familias, “de por sí prevalecen “dificultades económicas, y con el aislamiento se han exacerbado los niveles de angustia e incertidumbre; hay mucha desesperación, ansiedad, insomnio, irritabilidad, frustración, temores” señaló.

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La psicóloga explica que en las familias de desaparecidos se crea un clima emocional muy tenso, donde los niños se vuelven más inquietos, más traviesos, se pelean, “Hay mucha desobediencia porque ya no quieren estar encerrados, esto provoca que haya más regaños y más gritos” añadió la profesionista.

Además destacó que entre familiares de desaparecidos las sensaciones como la  desesperación, ansiedad, frustración, irritabilidad, temor, insomnio se acentúan más en estos momentos de resguardarse en casa, además de que muchos han perdido su empleo.

 “Muchos se dedican al comercio ambulante y tienen más miedo de no poder darles de comer a sus hijos que a sufrir problemas de salud. Muchos dicen: ‘prefiero morir de coronavirus que ver morir a mis hijos de hambre’” finalizó la activista y psicóloga.

Con información de la revista Proceso.