Morelia/Abel Narcizo Ramos
Hoy a las nueve de la mañana, cuando el sol empezaba a calentar, con motivo del equinoccio que anuncia la entrada radiante de la primavera, la avenida Madero, a la altura de las Tarascas, se pinta de colores.
Se dieron cita personas de todas las edades, para observar el tapete colorido que formaban los más de cuatro mil peques de distintos jardines de niños y estancias infantiles de Morelia. Se apreciaba entusiasmo y alegría en los participantes en sus rostros y movimientos.
Mientras los pequeños más grandes, desfilaban, realizaban sus coreografías, con movimientos de manos y pies al ritmo de la música, los de menor edad se limitaban a observar y a caminar sin dejar de lucir sus exóticos trajes con la ayuda de sus maestros y padres.
Con gran gusto, los pequeños portaban trajes de diferentes diseños, abundaban las mariposas como la más representativas de la estación entrante, además, se podían apreciar orugas, leones, elefantes, abejitas….
En un día tan importante para la niñez, los entusiastas padres de familia participaron en el tradicional desfile, brindando seguridad a sus hijos, rodeando los pelotones con una fosforescente cuerda.
Con un trayecto que va del Jardín Villalongín a la Plaza de Armas, se extendía el mural de colores, finaliza cuando el sol se pone radiante, en el esplendor de la primavera donde florece la vida.
