Tokio dice adiós a los Juegos Olímpicos

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Tokio amaneció este domingo lluviosa, despidiéndose lastimosa de unos Juegos Olímpicos que tardaron más de un año de lo previsto en llegar, pero que vieron finalmente brillar a los atletas del mundo y con ellos y la capital como protagonista se dijo hasta pronto.

El tifón amainó al caer la tarde y la llama olímpica flameaba en el Estadio Olímpico rodeada de gradas vacías y luces azul índigo para pasar el testigo a París.

Les siguen todos los abanderados de cada país, desfilando bajo la música del artista Yuji Koseki, que de seguir vivo estaría orgulloso de saber que ha dejado como herencia una composición con la que ya se hermanaron los atletas de los primeros Juegos de Japón en 1964.

Tres comités destacan con un guiño al karate, un deporte que ha triunfado en estos Juegos y que no continuará en París.

Tokio se despide de estos atletas consciente de que no les ha permitido conocer su ciudad, puesto que no podían salir de la Villa Olímpica y debían marcharse días después de competir.

Por ello les regala una última noche tokiota con lo mejor de su ambiente y sus gentes, jóvenes que cualquiera podría encontrarse en las calles o parques de esta megalopolis que paciente ha visto cómo acontecía el evento sin poder participar de él en vivo.

Vinieron a despedirse también el hermano del Emperador Naruhito, el príncipe Akishino, el primer ministro nipón Yoshihide Suga y la alcaldesa de esta capital en elegante kimono, Yuriko Koike que le pasa el testigo a la de París, Ana Hidalgo.