Acueducto/ Salvador Barajas.- La diferencia entre un político y un ocurrente populista con poder, en tiempos como los que vivimos, puede significar el todo o el nada, desde preservar la vida humana, hasta salvaguardar las fuentes de empleo y la estabilidad económica, las determinaciones en ese sentido deben ser estratégicas, pesando en el bien común y no ideas de bote pronto buscando popularidad.
Hoy en todo el país estamos instalados ya en la fase dos de la contingencia sanitaria a la que nos ha llevado el COVID-19, entramos oficialmente en ella a regañadientes y luego de que el Grupo de los 20 exigiera al presidente de México ponerle seriedad al asunto.
Y es que López Obrador no ha podido encontrar la forma de enfrentar la contingencia sin que esta lo afecte; en un mes de crisis y de acuerdo a algunas casas encuestadoras su popularidad ha decrecido entre los mexicanos.
Fuera de nuestras fronteras, Obrador es objeto de crítica y preocupación de la opinión internacional que ve en los hechos a un presidente que empezó tomando a chiste la pandemia, ordenando que los mexicanos se abrazaran y besaran, que comieran fuera de casa, que viajaran, y que apenas hace unos cuantos días terminó pidiendo a la población que se guardara en casa porque esto, el coronavirus era una cosa seria.
Y es que el presidente ha ido día a día a contra corriente de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud e incluso de las propias indicaciones de su sistema de salud, de las instrucciones que noche a noche su subsecretario del ramo, Hugo López Gatell, da a los mexicanos, pidiendo que todos y todas las acatemos.
Al día de hoy el factor discordante en el tema es la falta de aplicación de pruebas del covid-19 y es que asegura el funcionario federal, no tiene mucho sentido saber de antemano quien está enfermo si total ya cuando requiera hospitalización se le brindará.
Pero más que un sustento científico, esto va más de la mano con la cuestión estadística, que es la cuerda de la que el jefe de López Gatell se cuelga para cruzar sin un mayor desgaste político esta crisis.
No hay que olvidar que de manera misteriosa se ha aparecido una ola de neumonía atípica y aunque usted no lo crea, está matando en México más gente que el coronavirus.
No hay que ser muy listo o mejor dicho, no hay que ser tan idiota, para darse cuenta que no se le está apostando a un manejo correcto de la crisis, si no a disminuir la estadística, esa que se está encausando para con una capa de maquillaje poder ser restregada en la cara a los conservadores.
Por fortuna hay quienes piensan y actúan diferente, gobernadores como los de Jalisco, Michoacán, Durango, Chihuahua, Yucatán y Zacatecas, están realizando acciones bien estructuradas en beneficio de su población.
De entre todos ellos, destacan las medidas implementadas por Silvano Aureoles, quien es el mandatario que mayor número de acciones ha tomado durante esta crisis sanitaria, los ejes de estas son: Sanitarias, sociales, administrativas y fiscales, así como apoyos y subsidios, entidades como Michoacán han buscado estar siempre un paso delante de las determinaciones federales
Muy seguramente cuando la contingencia y la pandemia pasen, nada será igual que antes y la diferencia entre ocurrencias y estrategias, puede ser la gran diferencia para todos nosotros.
El futbol
El futbol en el mundo, al igual que todos los deportes está detenido, de manera concreta la Liga MX, pierde dinero todos los días y esto ha llevado a que esta semana los dueños del balón se hayan reunido de forma virtual para buscar alternativas.
Jugar lo que resta del torneo sin liguilla y decretar campeón al que terminé primero en la tabla, jugar solo la liguilla o bien eliminar la liguilla jugar las fechas que faltan y hacer un torneo largo, todas son opciones puestas sobre la mesa, pero que dependen de cuando se pueda reanudar el torneo.
Sin embargo, ha surgido otra opción y es que se reanude el torneo a puerta cerrada, sacrificando la asistencia a los estadios, pero reactivando las transmisiones de televisión.
Para esto, todos los participantes en el evento, deberán previamente haberse hecho la prueba del covid_19 y por supuesto haber salido negativos, y es que las pérdidas económicas son fuertes día con día, e independientemente de que algunos clubes han reducido o diferido salarios, siguen perdiendo dinero.
No sé a usted amable lector, pero a mi esta última posibilidad me suena a una especie de circo romano, con esclavos bien pagados, que no tienen opción alguna de negarse a jugar, esta ocurrencia no podría ni siquiera ser un trascendido en Sudamérica o Europa en donde los sindicatos de jugadores hacen valer su voz.
