Ricardo Monreal, dos jonrones al hilo | Elizabeth Juárez Cordero

(Foto: cortesía)
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Puede simpatizarle o no, coincidir o no con su estilo, discurso, forma de hacer política, cuestionarle el vaivén que acompaña su trayectoria que lo mismo ha pasado por el PRI, el PT, PRD y actualmente en Morena, pero nadie podrá disputarle su consistencia y capacidad de juego político, mismos que le llevaron a colocarse esta semana, una vez más, en el epicentro de la política y la comentocracia nacional; el zacatecano enciende el campo de juego y nos regala al menos por un rato, el retorno a la política.

La política pensada desde las alternativas posibles que se disputan el poder, donde no hay jugadores vetados, ganadores cantados, ni absolutos, donde aún podemos atestiguar jugadas estratégicas, pensadas, ahí donde pese a ser complejo remontar el marcador, hay llegadas como en el futbol y carreras inesperadas en el beisbol, porque aún sin estar cerca de quien lleva la delantera enciende las gradas, incluidos los que desde hace rato quedaron fuera del juego, como la oposición que en sus contados fracasos hace suya la afrenta monrealista al presidente.

Lo que sucedió la semana pasada en el Senado, en la plenaria del grupo parlamentario ante los desaires de algunos de los miembros del gabinete que cancelaron su presencia de última hora y la votación de la mesa directiva, de la que resultó presidente su allegado el senador Alejandro Armenta, Ricardo Monreal deja claro que aun siendo vilipendiado desde la cúpula presidencial y abiertamente descartado de la candidatura morenista, se hará presente en la contienda electoral.

De los cuatro aspirantes morenistas, es el único que en experiencia y en pericia política se le iguala a Andrés Manuel López Obrador, del mismo modo que el presidente, es posible afirmar que se trata de un político de profesión, que en la adversidad hace oportunidad y en la pronosticada tormenta se crece, pero diferente, porque su fortaleza recae en un estilo prudente y sigiloso, construye y hace política, su capacidad de bateo no le viene del carisma, lo sabe y no intenta medirse con la aprobación presidencial.

Mientras Claudia Sheimabaun la candidata que asegura la continuidad, juega en carril de incondicional y seguidora, el canciller Marcelo Ebrard el eterno candidato, corre en pista de consejero del príncipe, pero al fin subordinado se alinea aun estando en desacuerdo. Adán Augusto amigo del presidente se cuenta entre los destapados por la naturalidad del cargo como responsable de la política interna, que más que una posición ganada en la trayectoria se sostiene en los afectos del jefe del ejecutivo, así lo demuestran sus desatinos y su apenas 3% en las encuestas.

En estas diferencias, aunado a una apenas visible e impresentable oposición, la falta de una figura que pueda disputarle a Andrés Manuel en el terreno de la moral política, Ricardo Monreal hace de su resistencia interna y la consistencia de un discurso republicano (que debiera ser lo habitual en un Estado constitucional democrático) la fortaleza de su poderoso bateo, que hace cimbrar lo que pareciera ser la inminente continuidad del obradorismo.

A dos años de la elección de 2024, así lo avizoran las preferencias electorales que colocan a Morena entre un 45 y 55% de las preferencias electorales, por arriba del 25 al 30% que logra captar la eventual alianza opositora. Un día antes del cuarto informe presidencial, Jorge Zepeda Patterson así lo destacó “el obradorismo tiene garantizados 8 años más en el poder, quedan pocas dudas de que el presidente será quien elegirá a su sucesor”, pero en los dos años por delante habrá oportunidad para la reconfiguración de fuerzas al interior del partido en el poder.

La renovación de las dirigencias locales morenistas ha dejado no pocos heridos en el camino, los gobernadores habrán de ser factores de unidad en ese necesario proceso de sanación, apostarle al “toma todo” es abrir una grieta para la fractura desde adentro y con peligrosas ondas periféricas.

Aún queda la elección en el Estado de México, pero por lo pronto y con el marcador en contra, Ricardo Monreal pega dos jorones al hilo y logra la ovación en el campo de juego, señoras y señores hay juego, hay política.