Morelia, Mich. | César Cabrera/Acueducto Online.- Santa Clara del Cobre y Tzintzuntzan, además de ser Pueblos Mágicos de Michoacán, comparten la particularidad de contar con salas etnográficas, las cuales tienen la función de promover y dar a conocer las tradiciones y cultura de sus ciudades.
El recorrido de este día nos lleva a Salvador Escalante. En el autonombrado “Corazón de Michoacán”, el cobre nos recibe bajo todas sus formas. Sus letras turísticas se construyeron con este material. Los negocios exhiben productos elaborados de este metal, que van desde aretes hasta cazos, macetas, sillas y mesas.
La cita es en el Museo Nacional del Cobre. Allí, en unos minutos más, la Secretaría del Estado, en conjunto con autoridades estatales, va a inaugurar la sala etnográfica “Pito Pérez”, bautizada con el nombre de aquel personaje de la novela homónima del escritor José Rubén Romero.
Aquí se exponen los productos elaborados por los artesanos locales, principalmente con cobre y madera, además que se proyecta un video promocional del municipio.
A menos de una hora de distancia, tras cortar el listón y recorrer la pequeña sala, nos dirigimos a la que fuera capital del imperio Purépecha. La sala en Tzintzuntzan está sobre la avenida principal y, por ende, el corte inaugural se da en la banqueta, con presencia policiaca.
Las raíces, la historia, los productos textiles y artesanales de esta región se hacen presentes. Pese a que el espacio es pequeño, a comparación de Santa Clara del Cobre, la esencia es la misma: transmitir las tradiciones y culturas.
Así, en un día, dos municipios, a la par de compartir el sello de ser parte de los nueve Pueblos Mágicos de Michoacán, son también las primeras en contar con salas de este tipo, que son otra forma de detonar la actividad turística.
