Parkour, saltos en Morelia

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Morelia/Miguel Ángel Santos

Saltar, uno debe empezar por aprender a dar brincos si quiere dedicarse al parkour. Pero no sólo es el salto, detrás de ello hay muchas cosas: la fuerza, elasticidad, velocidad.

Así lo mostró Charlie Robledo en su clase de parkour, en la que, mujeres y hombres asistieron con la ilusión de iniciar a saltar grandes barreras, y dar atravesar grandes saltos sólo con su impulso.

Sin embargo, el arte de saltar no es fácil, se requiere de un gran entrenamiento para lograr esos objetivos, se inicia con brincos pequeños y mucho tiempo a la práctica para perfeccionar la técnica en cada brinco.

“Llevó 10 años practicando y cuando inicié no había muchos que lo practicaran”, nos cuenta Charlie, quien tiene 25 años de edad, y se crió en la Ciudad de México.

“Yo conocía a todos los que practicaban parkour, y ahora siento que no topo a nadie” nos dice con una sonrisa, “y está chido, porque significa que el deporte creció, y realmente prefiero no conocer a nadie a que seamos siempre los mismos”.

Mientras, poco a poco, los interesados en aprender van llegando y Charlie los pone a calentar, 10 vueltas a una rampa en la plaza, una distancia no muy grande, pero sí suficiente para mostrar un primer esfuerzo.

Nos comenta de la fuerza que es necesaria, tanto en brazos, como en piernas, y el conocimiento de que el cuerpo humano se puede mover todas las direcciones posibles, disponiendo a sus aprendices a caminar como cangrejos, para que conozcan su cuerpo.

Es un deporte que no cuesta nada, por ejemplo, en esta plaza, es gratis y con eso puedes practicar”, dijo.

Charlie va de aquí para allá, saltando por los desniveles de la Plaza de la Paz, revisando a los que se integraron este viernes y a los que se integraron el día anterior, pues cada uno hace ejercicios diferentes y hay que supervisarlos, cuidando que no aprendan mal los ejercicios y se lastimen.

Y es que el tiempo es poco, sólo tres días, para aprender lo máximo posible, pero Charlie, nos reitera que no es necesario un gran profesor para aprender, sino la constancia y la práctica.

“Yo aprendí, sólo, bueno, sí teníamos un grupo, pero no era como que alguno fuera el profesor, lo importante es practicar”.