Nuevo llamado a construir la paz

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Morelia/Acueducto

Al hablar de las aspiraciones del presente año, la Arquidiócesis de Morelia, presidida por Carlos Garfias Merlos considera que el 2019 es una “oportunidad para implementar una cultura de paz”.

Lo anterior en un documento suscrito este día y dado a conocer ampliamente y el cual damos a conocer en forma íntegra en el rubro sobre lo que se espera de este año:

 

Con el inicio del Año, aflora en nosotros el deseo de superarnos, de crecer personalmente y en nuestra familia y trabajo, de ser cada vez mejores. Ser mejor implica dedicación, esfuerzo y sacrificio. Decidamos que este año 2019 sea un tiempo de responder a los retos y momentos de prueba, pero también de alegrías y satisfacciones. Será muy oportuno que, de manera especial todos aportemos lo mejor de nosotros mismos para promover una cultura que nos ayude a construir la paz.

Que este año 2019 sea una gran oportunidad para que mejoremos la situación de nuestros pueblos. Podemos transformar la actual situación de violencia e inseguridad que padece nuestro Estado de Michoacán, desde una perspectiva histórica podremos entenderla y superarla.

Esta violencia que en los últimos años se ha manifestado con expresiones brutales, implica factores económicos, políticos, sociales y culturales que nos demandan prever e integrar una estrategia que considere todos estos aspectos, a mediano y a largo plazo.

Somos un pueblo de tradiciones con profundas raíces cristianas, amante de la paz, solidario, que sabe encontrar en medio de las situaciones difíciles razones para la esperanza y la alegría y lo expresa en su gusto por la fiesta, por la convivencia y en el gran valor que da a la vida familiar.

Confiando en que la raíz de la cultura mexicana es fecunda, reconocemos en ella la obra buena que Dios ha realizado en nuestro pueblo a lo largo de su historia y hoy queremos alentar en todos la esperanza (Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna, 8).

La familia, la escuela, los medios de comunicación, las iglesias, entre otros, son actores sociales que tienen una relevancia mayor en la tarea de forjar una cultura de paz, sin dejar a un lado el papel de los gobiernos mediante sus políticas públicas orientadas a favorecer una cultura de paz.