Morelia, Mich.| Acueducto Noticias/ Zayda Solís.- El autocuidado es una palabra que parece de moda, sin embargo, si las personas aplicaran más atención y cuidados en su salud emocional y física podrían responder de mejor manera a las problemáticas de su entorno.
Rita Amador López, 61 años, originaria de la Ciudad de Puebla, conoció el autocuidado después de pasar por una situación dolorosa. En 2017 sujetos armados asesinaron a su hijastra Meztli Sarabia Reyna, hija del asesor general de la Unión popular de vendedores ambulantes 28 de octubre (UPVA), dejando en orfandad a dos niños y una niña.
La señora Rita Amador, es parte de la (UPVA), fundada en 1973 y que en octubre pasado cumplió 50 años, una organización integrada por más de 3,000 personas.
En este largo camino, reconoce que cuando las mujeres alzan la voz dentro de organizaciones mixtas, comienzan los problemas, “comenzamos como en cualquier organización a tener conflictos internos, porque hay un celo hacia la mujer, que no puede o no debe destacar más que los hombres. Porque se cree que esta no puede, ni debe estar en espacios de decisión”.
En uno de los momentos más complejos en la lucha por el reconocimiento por los derechos de las trabajadores ambulantes, al interior de la organización existían críticas que se agravaron con los conflictos con las autoridades. Gracias a una invitación Rita conoció Casa La Serena, “me invitan y me dan la oportunidad de estar en Casa La Serena. Me dan apoyo emocional, físico, me enseñan el autocuidado algo que yo desconocía”.
Posteriormente, cuando la señora Rita empieza a introducirse en el autocuidado se intensificaron las críticas “me decían que el autocuidado es egoísmo”. Sin embargo, continuó en ese caminar porque comprendió que si ella estaba bien, podría ayudar a las personas a su alrededor.
Puntualiza: “Me di cuenta que si yo no estaba bien no podía ayudar a los compañeros y eso hizo que las compañeras se aglutinaron a mi alrededor, buscando una alternativa. Entonces fue algo feminista. Que se reconozcan como mujeres”.
Hoy en día es parte de la Red Nacional de Defensoras de los Derechos Humanos en México.
A partir de los cambios en su vida, ha reflexionado sobre la necesidad de agruparse y organizarse como mujeres trabajadoras, de hecho, reconoce que se encuentran en la tarea de organizarse:
“Ahorita estamos viendo cómo nos organizamos pero ya como mujeres, independientemente de los vendedores varones”.
