María Elena Pérez y su peregrinaje en Semana Santa

(Imagen: Irene Valdivia)
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Morelia, Mich. | Acueducto Noticias / Irene Valdivia.- María Elena Pérez es una mujer de 75 años, ama de casa, abuela y devota católica. Criada bajo el cobijo de la fe, toda su vida acostumbró a participar en los ritos de la Semana Santa junto a sus padres y hermanas, y actualmente con su descendencia, a quienes comparte las tradiciones propias de estas fechas.


“Nos lo inculcaron llevándonos a todos los servicios desde chicas, por ejemplo, al sermón de las siete palabras, ir a lo que le llamaban ‘El sermón de la montaña’, ir a las visitas de las siete casas, al lavado de pies, a la Última Cena, y el viernes de dolores a dar el pésame a la Virgen. Y hasta la fecha se sigue haciendo. El lavado, por ejemplo, se sientan los apóstoles que son escogidos, los citan a determinada hora, y les lavan los pies.”


Vecina del barrio del templo de San Francisco, acudía con su familia puntualmente a las 3 de la tarde para presenciar los servicios y fervorines.


Analizando la participación comunitaria, considera que no sólo se ha mantenido, sino que ha incrementado el número de fieles practicantes.
“Sigue yendo bastante gente hasta la fecha, sigue como la misma cantidad o más, por ejemplo, mi nieta, ella se va con su papá, la hemos llevado siempre a visitar las siete casas. Sigue yendo comunidad joven y sigue yendo comunidad ya grande.”


La fiel católica enumera sus destinos en los templos de La visitación, el Santo Niño, el Carmen, de la Cruz, San Francisco, la Medalla Milagrosa y aquí a Marcelino Champagnat.


“Este año nos fuimos al Domingo de Palmas. Al inicio de la semana mayor. Es el inicio de Palmas, que es cuando se recibe a Cristo en jolgorio, antes de su detención para la crucifixión. Fuimos a la Catedral a misa de 12, y ahí antes se da la bendición de Las Palmas. La bendición de Las Palmas se entra alabando a Jesús. Había muchísima gente, muchísima.”


Sobre su participación en la Procesión del Silencio, comparte que también ha evolucionado con el papel de su hijo en la ceremonia, quien acostumbra a cargar el féretro de Jesús en las representaciones.


“Sigue siendo igual, y durante la noche se forma el cortejo, hay personas civiles, hay monjas, hay de todo, y van cargando, porque se hacen cambios durante el trayecto, por ejemplo, con mujeres, y van cargando el féretro. Hay jóvenes, hay adultos. Hay mujeres jóvenes y hay señoras grandes que van hasta dejar a Jesús, lo dejan en el templo de Capuchinas”.


María Elena invita a las personas a conocer la tradición de la Semana Santa en Morelia, pues cree que pese al pasar de los años, no ha dejado de ser hermosa.