“Lugar donde termina el fuego”

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Morelia, Mich./Acueducto.- Tingambato, a este importante sitio también se le conoce como Tinganio que en lengua purépecha significa “lugar donde termina el fuego”.

Es uno de los sitios representativos de la etapa anterior al apogeo del señorío tarasco destacando la existencia de rasgos claramente teotihuacanos, mezclados con otras tradiciones locales. Fue entre 1978 y 1979 cuando los arqueólogos Román Piña Chan y Kuniaki Ohi realizaron la mayor parte de las excavaciones arqueológicas que hoy podemos visitar.

En este sitio destacan la construcción de grandes plataformas donde se construyeron basamentos piramidales, juego de pelota, múltiples cuartos seguramente habitacionales y varias tumbas donde se hallaron ricas ofrendas.

En la historia de la zona podemos definir claramente dos etapas, en la primera que va del 450 al 600 d.C cuando se inicia el poblamiento de este centro ceremonial. La segunda etapa comprende del 600 al 900 d.C.; en este periodo es evidente la influencia teotihuacana. A la fecha ha sido explorada una parte mínima del sitio quedando aun una gran parte de la historia de esta ciudad por descubrir.

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En esta zona las investigaciones no sólo se caracterizan por el uso de la tecnología, sino también porque son trabajos que se han realizado de manera conjunta con otras instituciones a nivel mundial, tales como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y las  universidades de Auckland (Nueva Zelanda) y las de Estrasburgo (Francia).

En esta zona arqueológica han sido encontradas tres tumbas: en 1850, en la década de los 70 y la tercera en el 2012.

El hallazgo de esta última tumba causó gran revuelo, se trataba de los restos de una persona con 19 mil cuentas de piedra verde, concha y huesos humanos. Punzo precisa, que gracias a los recientes estudios que realizaron saben que se trata de una joven de entre 15 y 19 años de edad.

El arqueólogo detalló que trabajan en conjunto con la Universidad de Harvard para realizarle los estudios de ADN; han descubierto que esta joven tenía una deformación craneal y los dientes modificados, los cual apunta que se trata de una persona de alto rango.

El investigador quiere utilizar las tecnologías Lidar y los drones en Tzintzuntzan, zona en la que se tiene planeado un estudio de más de 50 kilómetros cuadrados.  Este proyecto de investigación con las nuevas tecnologías es en conjunto con el Conacyt, sin embargo, debido a la contingencia sanitaria Covid-19 está detenido.