La lucha no ha terminado

Imagen: Héctor Tapia
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Morelia/Héctor Tapia

Espera primero a que se vaya el gobernador del estado, Salvador Jara Guerrero, para poder dar la entrevista. Guimbel Rosas Monge, integrante de la asociación de Santa María de Guido sigue de cerca al mandatario michoacano hasta que se sube a su camioneta.

Ahora sí, dice. Comienza a buscar un lugar más tranquilo donde se pueda realizar la entrevista; sin embargo, su asistente le indica que tienen que atender todavía otro pendiente. Se dirigirán al Centro Histórico de la capital michoacana.

La entrevista se inicia justo al abordar el Sentra gris que conduce. Se coloca el cinturón de seguridad, mira por el retrovisor. Se pone en marcha.

Antes de comenzar el diálogo, mientras sale del estacionamiento, el encargado de la cartera de cultura de la asociación, levanta la mano y se va despidiendo de uno a uno de los conocidos que va encontrando a su paso.

Señala que el proyecto de la Casa de la Cultura y las Artes en Santa María de Guido, se tenía pensado desde hace tiempo; sin embargo, precisa, fue hasta encontrar el eco con la Asociación Civil RedLab, que se pudo concretar.

No es el único proyecto pensado para la ex tenencia, remarca mientras conduce a un lado de la plaza de la ex tenencia.

Guimbel Rosas, vestido con pantalón de mezclilla y camisa de manga larga, comienza a contar que la asociación en la que se encuentra, y que preside actualmente su hermano Wilbert, tiene su origen hace cuando 25 años y surgió a partir de la necesidad de organizarse en beneficio de su comunidad.

Iniciaron organizándose como colonias que integraban la jefatura de tenencia, esto para llevar servicios a la comunidad.

Cambia de velocidad. Va mirando al frente. Explica que se determinó constituir la asociación civil como tal apenas hace un año aproximadamente, sin inclinaciones partidistas.

Señala que la comunidad de Santa María de Guido se sintió decepcionada por la determinación del gobierno local por convertir a la tenencia en un conjunto de colonias, con la finalidad de obtener más recursos, pero afectando a la misma, aseguró.

A partir de esto decidieron iniciar un procedimiento legal para revertir la determinación tomada por el cabildo encabezado por el priista Wilfrido Lázaro Medina. Procedimiento que está ante los tribunales actualmente a la espera de resolución.

Aunque se esté librando esta lucha porque se les reconozca como tenencia nuevamente, indica, esto no limita el hecho de seguir pugnando por los proyectos que se tienen contemplados para la comunidad.

“Siendo tenencia había una posibilidad de acercar la autoridad a los cerca de 150 mil habitantes que cuenta esa población”, señala.

“Hay algunas voces que dicen que si no se devuelve el estatus de tenencia se buscaría los mecanismos legales para convertirse en municipio”, aunque esto llevaría otro intenso proceso, reconoce Rosas Monge.

Dice que los retos que enfrenta la comunidad, parten de la actual descomposición social que hay en el estado. En este sentido indica que el problema principal es la alta delincuencia que hay.

“Hemos pensado que a la par que se realicen algunos programas preventivos de la delincuencia, también darle un giro de dar un espacio de participación a los jóvenes, de esparcimiento”.

Explica que parte de la inseguridad que se vive actualmente es en parte un problema económico, como es la falta de empleos.

Por esto, dice, “tenemos el proyecto de impulsar algunas empresas, o proyectos productivos, como la instalación de una maquiladora en la comunidad. Esto emparejado con proyectos de cultura y deportivos”.

En el tema de seguridad, agrega, “creemos que la participación ciudadana es la única forma de abatir los índices delictivos, controlar, en la medida de que los ciudadanos nos organicemos y colaboremos con la autoridad, se podrá ir solucionando estos problemas”.

Asegura estar convencido de que “para transformar a nuestro entorno, a nuestra comunidad, sólo será posible con la participación ciudadana, de interesarnos de las cuestiones públicas, de esa forma podemos transformar de fondo”.

Reconoce que la participación ha sido un poco complicada porque todavía “hay mucha apatía e incredulidad ciudadana” por todo lo que está pasando, porque la corrupción en representantes públicos ha lastimado a la sociedad misma, concluye.