La historia de hoy | Rosa, el amor por las aulas

(Foto: Montserrat Herrera)
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— 50 años de vocación y alegría; “me gustaba más estar dentro de las aulas”

Morelia, Mich. | Montserrat Herrera/Acueducto Online.- La vocación y el amor por los alumnos hicieron que Rosa Cuevas Quiroz, una profesora de la Secundaria #5 Héroes de Chapultepec, sea tan querida por todo su alumnado.
Abrazada de sus ex alumnas, la maestra contaba que tiene casi 50 años en el mundo docente, viendo cómo crecían cada uno de sus estudiantes.
Rosa Cuevas imparte, actualmente, la asignatura de español; comenzó dando clases de primaria en Tanhuato, pero, después, tuvo que mudarse a Morelia.
“Ingresé a los 18 a estudiar para ser maestra, primero fui maestra de primaria en Tahuato, después me vine para Morelia, pero no dejé de estudiar.
Y, añade, estudio mucho para darle lo mejor a mis alumnos. Estudié la maestría de Administración Educativa, pero nunca me gustó ser directora, me gustaba más estar dentro de las aulas”.
La calidez de los estudiantes dentro de las aulas es lo que la hace sentirse viva; Rosa Cuevas cuenta que, su parte favorita de todo su trabajo, es platicar con sus alumnos.

— ¿Qué es lo que más disfruta de ser docente?
— La plática con los alumnos, el ayudarlos en lo que pueda, en cuestiones de bullying o de sus problemas, también estudié un poco de psicología, intento ayudarlos en lo que pueda, intento conocerlos más a fondo porque sé que eso les ayuda a seguir adelante.

Cuando llegó la pandemia, la maestra Rosa Cuevas no tuvo ningún percance ya que, por ese amor que le tiene a ser docente, en el 2009, ella tomó cursos de computación para que “sus alumnos no la rebasaran”.
Es así como pudo llevar de la mejor manera, según ella, las clases que impartía desde 1ero hasta 3er grado.
“Los que más me dolió de la pandemia fue saber que tenía alumnos que no podían llevar sus clases, algunos no tenían computadora o los medios necesarios para tomarlas, pero fui muy paciente y empática con ellos”.

— ¿Cómo se siente de volver a las aulas?
— Me siento satisfecha, contenta, porque ese calor y esa presencia de los niños es hermosa, creo que soy una buena persona para ellos…

Para ella, cada uno de sus alumnos se queda en una parte de su corazón, pues cuenta que sus casi 50 años de maestra han sido satisfactorios y llenos de alegría gracias a la sonrisa de todo su alumnado.