Morelia/Samuel Ponce Morales
Casi 48 horas, por lo de las noches, decenas de cocineras mayoritariamente purépechas, con su indumentaria tradicional, estuvieron en capital michoacana ofreciendo a los más exigentes paladares sus originales y exquisitos platillos regionales.
En su bunker gastronómico, las mujeres indígenas hacen palidecer a sus interminables interlocutores, ávidos de probar sus exquisiteces, de ver de cerca los colores y sentir a flor de piel los olores y sabores de esos platillos considerados Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Y en esas casi 48 horas, a un lado del Planetario moreliano, más de media centena de cocineras tradicionales, provenientes de 7 regiones del territorio michoacano, prepararon con ingredientes naturales y utensilios tradicionales más de 200 platillos.
Sin duda, resulta otro mundo, un mundo extraordinario adentrase en torno a las decenas de palapas y/o enramadas y observar a simple vista aquellas cazuelas de barro sobre aquellos fogones de piedra, conformar hervores que anuncian una de las mejores aventuras del paladar.
