Judas en llamas, una tradición en lucha por sobrevivir

(Imagen: ACG)
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Morelia, Mich. | ACG/Alfredo Soria.- A lo largo de los años, el paisaje cultural de México ha estado salpicado de diversas tradiciones arraigadas en la sociedad. Sin embargo, algunas de estas tradiciones se han visto amenazadas por el paso del tiempo y los cambios en las preferencias de las nuevas generaciones. Una de estas tradiciones en peligro de desaparecer es la elaboración y quema de los tradicionales “Judas”.

La tradición de quemar los Judas en Sábado Santo es un antiguo ritual mexicano que simboliza el rechazo a la traición. En este ritual, figuras de Judas Iscariote, rellenas de pirotecnia, son quemadas como una representación del triunfo del bien sobre el mal y la purificación espiritual. Este acto, además de ser una expresión cultural arraigada, promueve la reconciliación y el perdón, permitiendo dejar atrás las traiciones y renovar la esperanza en el futuro.

Juan Barajas de Acámbaro Guanajuato, un hombre de 66 años que se dedica a la pirotecnia en su ciudad natal, lleva más de cinco décadas trabajando con su familia en la elaboración de estos icónicos personajes y en entrevista nos cuenta que desde pequeño trabajaba con sus abuelos en la elaboración y venta de los judas en Morelia.

La meticulosa fabricación que implica la preparación de los Judas ha sido una tradición familiar que ha resistido el paso del tiempo. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, la venta ha disminuido considerablemente “los jóvenes ya no muestran interés en esta tradición” refiriendo tanto a la elaboración como la adquisición de los mismos.

La elaboración de los Judas es un proceso que requiere tiempo y dedicación. Juan y su familia comienzan la preparación medio año antes de la Semana Santa y tardan aproximadamente tres horas en cada uno, para ello nos cuenta que compran los moldes de cartón en Celaya y en sus tiempos libres los van pintando y colocando la pirotecnia. Sin embargo, a pesar del amor que le tienen a esta labor, la falta de interés de las nuevas generaciones está poniendo en peligro la continuidad de esta tradición centenaria.

En años anteriores, la Plaza del Carmen solía ser el epicentro de la actividad, con hasta 25 o 30 vendedores congregados. Sin embargo, en la actualidad, solo la familia de Juan continúa con esta tradición, “los nuevos muchachos ya no quisieron seguir y es lo mismo que nos esta pasando a nosotros, nosotros somos gente adulta y ninguno de mis hijos viene”

Los Judas no son las únicas figuras que se venden, Juan nos cuenta que también ofrecen calaveras y mascotas de fútbol, con precios que oscilan entre los 30 y los 350 pesos.

Para Juan y su familia, la venta de Judas es más que un simple trabajo, es una forma de mantener viva una tradición que se desvanece lentamente. “Solo vendemos tres días al año: jueves, viernes y sábado santo y el domingo paseamos en Morelia y regresamos a Acámbaro”

En un mundo donde las tradiciones ancestrales están siendo reemplazadas por nuevas formas de entretenimiento, la historia de los Judas es un recordatorio de la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural. A medida que enfrentan la posibilidad de su desaparición, Juan y su familia continúan luchando por mantener viva la llama de esta tradición mexicana. Sin embargo, el futuro de los Judas sigue siendo incierto, y solo el tiempo dirá si lograrán resistir los embates del cambio y perdurar en las generaciones venideras.

“Ya nada mas somos una sola familia, nosotros, unos ya murieron, otros ya se quitaron de esto, se va perdiendo poco a poco esto y mientras nosotros vivamos, vamos a seguir haciendo la lucha”.

Fotos y video Alfredo Soria/ACG.