Gritos, insultos y una huelga fracasada

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Morelia/ Ramón Méndez

Este Primero de Mayo, a las 8:00, después de nueve días de huelga, los agremiados en el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE) descolgaron las banderas rojinegras de las puertas de las dependencias públicas que tenían cerradas, pues el 30 de abril, a las 21:00, el Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Michoacán declaró inexistente su movimiento huelguístico.

En el levantamiento de los puestos de guardia de las oficinas gubernamentales no hubo incidentes, pero hubo uno digno de destacarse en la Plaza Benito Juárez, en el costado poniente de la Catedral, donde se presentó el gobernador Fausto Vallejo Figueroa acompañado del presidente municipal de Morelia, Wilfrido Lázaro Medina y de otros funcionarios, así como del líder estatal de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).

El motivo de la presencia en el sitio del gobernador de la entidad fue, presuntamente, realizar el acto oficial de su gobierno con motivo de la conmemoración del Día del Trabajo.

Al final de la ceremonia, hubo jaloneos, gritos e insultos, y se presume que el titular del Ejecutivo fue agredido por una turba de trabajadores (eran en mayor número mujeres), pero lo cierto es que al licenciado Vallejo Figueroa no le tocaron ni la punta de un cabello, y en cambio varias de las empleadas gubernamentales fueron empujadas y algunas incluso dieron con sus humanidades en el suelo.

En el lugar, antes de la ceremonia oficial, los agremiados del STASPE habían realizado un mitin, en que recibieron instrucciones de retirarse a sus domicilios y presentarse a trabajar mañana, 2 de mayo, a la hora de costumbre.

Después sucedió el acto oficial del gobierno y, al término de éste, el gobernador Fausto Vallejo, en vez de dirigirse al vehículo que había de transportarlo, estacionado frente al Portal Aldama (antes Portal Dolores), fue en sentido contrario, hacia la Avenida Madero, justo hacia el grupo de trabajadores descontentos por su fracasada huelga; no sólo eso, sino que se desprendió de su cuerpo de seguridad, que tuvo que alcanzarlo y “encapsularlo” para llevarlo de regreso a los vehículos que los funcionarios habría de usar, que eran dos. Y en vez de meterlo al primero y por la primera puerta que pudieran, lo hicieron rodear la camioneta por enfrente, para subirlo por el otro costado del automotor, sin que las cosas pasaran a mayores.

Pero si fue efectivamente provocación de Vallejo Figueroa dirigirse directamente a donde se encontraban los manifestantes, ésta había empezado ya desde que se decidió hacer ahí el acto oficial en conmemoración del Día del Trabajo, y el empleados de su gobierno, con su huelga frustrada, cayeron en la provocación, y ahora les están lloviendo declaraciones adversas de todas partes.

Anoche, claro, la del Tribunal de Conciliación y Arbitraje que declaró inexistente la huelga, con lo que mostró su solidaridad con el Ejecutivo; más tarde, el Poder Judicial, que se negó a recibir un amparo que quisieron interponer los huelguistas, y esta mañana, tras el connato de trifulca, Fausto Vallejo también recibió el apoyo del Congreso del Estado.

Mientras llegaban frente al Portal Hidalgo transportistas de diversos lugares del estado en la marcha de conmemoración del Primero de Mayo, localizamos al secretario general del STASPE, Antonio Ferreyra, quien manifestó ante medios de comunicación que el estado de ánimo del gremio “es de molestia, de indignación, (provocada por) el hecho de que hayan declarado inexistente con trampa, con marrullería”.

         –¿Qué es lo que sigue?

         –Lo que sigue es presentarnos a trabajar.

         –¿Cuándo se retiran

         –Ya nos retiramos. Agradecemos el apoyo que nos mostró la ciudadanía los días que duró la huelga.

         –¿Cuántas dependencias serán abiertas?

         –Todas las dependencias, alrededor de 200.

Fue la conversación que tuvo un compañero de otro medio con el líder, pero Acueducto on line pidió que explicara a qué trampas y marrullerías se refería, a lo que el dirigente sindical contestó: “Nos notificaron a las nueve de la noche. El día de hoy es un día inhábil para los tribunales federales, y de las nueve a las doce de la noche es muy poco tiempo para analizar el documento y presentar un amparo. Cuando fuimos a intentarlo pasada de la media noche y nos dijeron en el Juzgado Séptimo que no nos lo podía recibir”.

Antonio Ferreyra llamaba a compañeros del comité y los instaba: “¡Ayúdame a sacar a la gente!”, orden que repitió tres veces a distintas personas, cuando le llegó el aviso de que algunas compañeras del sindicato habían perseguido al gobernador y habían intentado cortar su retirada del gobernador. Se le vio el gesto de preocupación, y dijo: “Muy mal hecho, me van a echar la culpa a mí”.

A pregunta, dijo: “Con todo respeto, lo repruebo. Pero la gente está enojada”.

Interrogamos finalmente si les otorgarían el 3.5 por ciento de aumento al salario que les habían ofrecido, y respondió: “No, nada. Ni el 3.5 de aumento ni el 1.2 en prestaciones”.

Se vio en el movimiento, claro, la incapacidad de los dirigentes para encontrar una coyuntura que les permitiera salir airosos del paro, por ejemplo un bono de compensación por una única vez.

Después fuimos a cubrir la marcha del Día del Trabajo y, ya al final de ella, encontramos un viejo amigo que está agremiado en el Sindicato Único de Empleados de la Universidad Michoacana (SUEUM), y le comentamos irónicamente que ellos no habían llegado a la huelga y habían preferido negociar con el ofrecimiento de 3.5 por ciento de aumento y 1.2 por ciento en prestaciones, seguro porque supieron que no lograrían más.

Aceptó la observación sonriente, y le dijimos que los del STASPE no había logrado nada. “Como no –dijo–: les dieron el 19.3”.