Elegir las elecciones | Carlos González Martínez

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(Notas en marcha hacia la manifestación del 13 de noviembre)

*Colaboración para Acueducto On-Line, Michoacán

Panamá. Noviembre 11, 2022

Escribo esta colaboración para Acueducto On-Line para invitar a reflexionar sobre la importancia de elegir a las elecciones: de cuidar y defender a nuestras instituciones democráticas, ente ellas al INE, al IEM y a todas autoridades electorales de las entidades de la federación. Son de lo poco que nos queda en el maltrecho entramado institucional de nuestra incierta democracia y mal haríamos en simplemente perderlas sin al menos dar la batalla no por ellas, sino por los órganos del estado que deben tutelar y garantizar nuestros derechos. Así de simple, así de urgente, así de terrible.

¿A qué me refiero? A que hoy nos encontramos en México, como en tantos lugares en nuestra región en el mundo, ante la necesidad impuesta por las circunstancias de elegir entre seguir con elecciones o no. En en serio: entre cuidar y mejorar nuestras maltrechas democracias y elecciones, definitivamente necesitadas de reformas que las eficienten y hagan más legítimas, o entre arrojarlas a las fauces devoradoras de reformas que les destruyan y aniquilen.

La cuestión es muy simple y siniestra: las personas, las sociedades, las naciones pueden elegir entre resolver sus diferencias, sus problemas o sus conflictos por las buenas o por las malas. Si es por las malas, entonces se elige por intentarlo con violencia, con intolerancia, con guerras, con sangre, con dictaduras, con represión en todas sus formas.

Si se elige resolverlas por las buenas, entones se buscará resolverlas hablando, dialogando. Como diría el prócer michoacano, Melchor Ocampo: “es hablando y no matándonos, como debemos entendernos”. Es decir: con tolerancia, con respeto los unos, las unas a los otros, las otras. Respetando acuerdos y cumpliéndolos, viviendo en democracia.

La democracia, no se limita a las elecciones ¡cierto!, pero las elecciones son una parte fundamental de las democracias. Sin embargo, hoy en el mundo, en América Latina y en México, las elecciones están a debate, a discusión. Pareciera que se han vuelto una opción y no amigas y amigos, lo digo (escribo) enfáticamente: realizar elecciones libres no es, no puede ser, una opción. Es una condición sin la cual simple y sencillamente no hay democracia y nos vamos directo a la dictadura y la represión, a la intolerancia, a la aniquilación primero simbólica y luego física de la oposición. No es broma, ni siquiera una mala broma.

O elegimos por hacer las cosas por las buenas que son con elecciones, con democracia, o por las malas: otra vez con malas, fraudulentas y controladas elecciones desde el gobierno y con la vía que ellas abren a los autoritarismos, las demagogias y las autocracias modernas que restringen las libertades de las personas y las comunidades, hasta acabar por socavarlas y eliminarlas.

Brasil, hace unas semanas, demostró cómo se puede dividir en las elecciones a un país por dos mitades exactas y no solo a favor de una u otra opción, sino llanamente en contra de alguna de ellas. Es decir: de una polarización que no significa estar a favor de una de las partes, sino simplemente estar en contra de la otra.  De allí deviene la ahora llamada polarización tóxica: aquella que se produce cuando la gente se moviliza y vota más por sentimientos que por razones, y más por sentimientos en contra a favor.

La semana pasada Nicaragua, dolorosamente se nos mostró con sus dizque elecciones municipales como la pérdida de la esperanza de juventud y poesía, revolucionaría, que fue y que ahora se ha vuelto en un esperpento de dictaduerzuela en la que un personaje y su familia, que supuestamente se levantó en armas insurreccionales en contra de otro personaje y su familia que hicieron una dictadura, ahora está haciendo de la suya.

En México estamos discutiendo si seguimos o no con las elecciones que nos ha dado legitimidad y potencia democrática. Por eso la convocatoria para la marcha del domingo 13 de noviembre a las 10:30 am de la mañana en el Ángel de la Independencia de la ciudad de México, es tan relevante. Se trata de ir y manifestarse, pero sobre todo de reflexionar, exigir, hablar, promover, participar. Este es el momento de elegir por la democracia, es el momento de elegir por las elecciones. Es aquí y ahora. Después, si no actuamos ya, quizá ni siquiera haya oportunidad de escribir y publicar esta convocatoria urgente. Es cuanto. Y como dice el gran Samuel Ponce: al tiempo.