El sitio a Clavijero

Alan Ortega
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Morelia/Samuel Ponce Morales

Ante el relampagueante encuentro con jóvenes del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en donde extrañamente no estuvo acompañado por el gobernador Fausto Vallejo Figueroa, el Palacio Clavijero fue sitiado por fuerzas federales, hasta con un equipo policiaco especial en desactivar bombas.

Y mientras dos de las calles en torno al Palacio Clavijero fueron totalmente cerradas al tránsito vehicular, otra estuvo acotada por el acceso secundario al recinto cultural y la restante, la de la Madero, se mantuvo libre, pero siempre bajo el paso oscilante e impetuoso de las fuerzas federales.

Al interior del que fuera una vez sede del área turística del estado, no podían faltar la inevitable acreditación y el pase a los arcos detectores, siempre ante la mirada escrupulosa de los hombres de negro y de lentes oscuros.

Adentro, la espera se hizo más que prolongada; primero llegó el comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, quien ante la ya impaciencia juvenil optó por tomar el micrófono y hablar y hablar, luego hizo lo mismo ante el tardío arribo del responsable de la política interna del país.

Ambos planteamientos, los del comisionado y los del secretario, no pudieron evitar hablar del tema de la seguridad pública en territorio michoacano, de lo que está haciendo y de los avances que ha tenido el gobierno federal y que ya se empieza a vislumbrar otro Michoacán.

Afuera, el blindaje policiaco se había reforzado, ya era más que impresionante; la fila de los vehículos oficiales de las fuerzas federales parecía serpentear más de una calle, los numerosos, las decenas de agentes, conglomerados, hacían aquí y allá islotes azules.