Pátzcuaro, Mich./Samuel Ponce Morales
El “corazón” de esta bella ciudad suele ser de un aire más que provinciano, rústico; su imagen va más allá de cualquier urbe michoacana, es singular, como todo a su alrededor, su arquitectura, su colorido y su gente.
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Uno no puede dejar de suspirar al recorrer lo que en la antigüedad era el parte del poder de los huacusechas que, como dice la historia; primero fue fundada por Curateme y luego convertida en centro ceremonial por Tariácuri.
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Sin embargo, como se sabe, después del dominio español, Don Vasco de Quiroga, en sus tiempos de obispo, convirtió a Pátzcuaro en sede episcopal. Hoy en día, pese vestigios de ambulantaje es considerado Pueblo Mágico.
