Día Mundial del SIDA: avances y retos

(Foto: cortesía)
Comparte

Morelia, Mich. | Acueducto Online.– Hoy, 1 de diciembre, se celebra el Día Mundial de lucha contra el Sida. La iniciativa, activa desde 1988 con el objetivo de unir a la comunidad mundial en el esfuerzo común para acabar con el VIH, se centra este año en el tema de la equidad. Según los datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que abarcan el año 2021, 38,4 millones de personas viven con sida, mientras que 650.000 mueren por enfermedades relacionadas con esta enfermedad.

La situación ha mejorado

Ante los micrófonos de Vatican News, Roberto Cauda, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad Católica del Sagrado Corazón, de Roma, subraya cómo la situación “ha mejorado desde el año 2000, cuando en Sudáfrica, en Durban, hubo un llamamiento que luego fue asumido por las grandes farmacéuticas, las grandes empresas de medicamentos”. La ocasión era la 13ª Conferencia Internacional sobre el Sida y el objetivo era romper el silencio sobre la igualdad de acceso al tratamiento y la prevención. A partir de ese momento, fue posible “permitir el acceso a los medicamentos incluso a los países con recursos limitados, para abolir lo que hasta entonces había sido una especie de maldición, que veía cómo el Norte del mundo tenía los medicamentos y el Sur los pacientes”.

El contexto africano

Precisamente África, refiriéndonos de nuevo a los datos de la OMS, sigue siendo la zona más afectada a nivel mundial por los contagios. Aproximadamente uno de cada 25 adultos (lo que corresponde al 3,4% del total) vive con el VIH, lo que supone más de dos tercios de la población afectada en todo el mundo.

El SIDA afecta a los jóvenes

En vísperas del Día, Unicef publicó un nuevo informe centrado en el problema del sida entre niños y adolescentes. Las cifras muestran que cada día se producen 850 nuevas infecciones en el grupo de edad de 0 a 19 años. Aunque sólo representan el 7% del total de personas que viven con la enfermedad, los niños y adolescentes “representan el 17%, o 110.000, de todas las muertes relacionadas con el sida y el 21%, o 310.000, de las nuevas infecciones por el VIH en 2021”. Los datos, calificados de “impactantes”, subrayan que la cobertura de las terapias antirretrovirales entre los adultos es sustancialmente mejor.

Geografía, género y pobreza

Las mayores consecuencias las sufren las niñas, que tienen “una tasa de nuevas infecciones por el VIH tres veces superior a la de sus compañeros varones”. Por lo tanto, los factores que más aumentan estas desigualdades están relacionados con la geografía, el género y la pobreza. Las cifras “aunque son dramáticas, representan un progreso en comparación con la situación de 2010”. De hecho, las infecciones han disminuido en un 52% entre los niños más pequeños y en un 40% entre los adolescentes.

Control en Italia

En cuanto a la situación en Italia, el Ministerio de Sanidad informa de que en mayo de 2022 había 382 nuevos casos de sida, con una incidencia de 0,6 por cada 100.000 habitantes. La mayoría de los diagnósticos son atribuibles a la transmisión sexual. También en este caso, la tendencia parece ser decreciente y estar por debajo de la media de la UE, que es de 4,3 por cada 100.000 residentes.

Pandemia y sida

Preguntado por la correlación entre la pandemia y el sida, Cauda explica que, más que una disminución de la atención a la enfermedad, se han producido “retrasos en el diagnóstico y en el acceso de los pacientes a las instalaciones”. El discurso se refiere a la situación mundial, pero, teniendo en cuenta el contexto italiano, “gracias al trabajo de los médicos y a la alianza terapéutica establecida desde hace tiempo con los pacientes que viven con el VIH, se ha conseguido una mejor absorción de la pandemia”.

Las palabras del Papa Francisco

En el Día Mundial del Sida del año pasado, el Papa Francisco había recordado a las numerosas personas afectadas por el virus, pidiendo “un renovado compromiso solidario para garantizar una atención sanitaria justa y eficaz.” En una carta al periodista Michael O’Loughlin, autor de un ensayo y un podcast sobre la labor de algunos representantes de la Iglesia durante el apogeo de la epidemia en Nueva York en los años 80 y 90, Francisco había alabado la “misericordia oculta” mostrada por estas personas, que en su momento no dejaron de poner en riesgo su profesión y su reputación.