“Devuélvanme a mi hijo”

Fotografía: ACG
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Morelia/Miguel Ángel Santos

Los gritos ensordecen a los presentes, en cada uno de ellos se puede sentir el dolor de los familiares, los niños con lágrimas en los ojos saben que ahora están solos, la figura del padre obligado a estar ausente; los bebés no saben lo que pasa realmente, pero lloran porque saben que ahora algo falta.

En las Instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán se llevó a cabo el homenaje para 13 elementos de la policía, la deferencia a su mayor acto de valentía: cumplir con su deber y morir en cumplimiento del mismo.

Llegaron los familiares quienes ocuparon los lugares frente a las fotografías de sus hijos, padres, hermanos, amigos, quienes ahora dejaban un hueco en la rutina diaria a la que uno se acostumbra y que no espera que cambie de una forma tan drástica.

Comenzaron a traer los ataúdes, cada uno en una carroza; y a la espera: un pasillo de elementos de la Policía Michoacán, quienes mostraban su respeto manteniendo la mano en alto sobre sus frentes, quienes en ningún momento perdieron la posición.

Los féretros fueron colocados, cada uno al lado de la imagen con que los recordarán sus familias y sobre ellos fueron situadas banderas de México, en memoria de su servicio a la patria.

Sólo se podía ver las lágrimas cayendo estruendosamente por las mejillas de los familiares.

El evento comenzó, unas palabras del Gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, que no bastaron de consuelo para los familiares, quienes pedían que les devolvieran con vida a sus ahora difuntos.

Se dio el último pase de lista, tras cada uno de los nombres se escuchaban a los policías responder presente, ante el llamamiento que ahora sus compañeros no podían responder.

Al final de la ceremonia, Silvano entregó las banderas a los parientes y con un abrazo intentaba reconformarlos.

“Devuélvanme a mi hijo”, “Justicia, justicia”, “usted no entiende el dolor que sentimos, realmente no lo entiende”, se escuchaba en el patio de la Secretaría de Seguridad,

“¿Y dónde están los responsables?”, recriminó una mujer cuando se le entregaba la bandera de su hijo, a lo que sólo se le pudo responder “los vamos a agarrar”.

“Los llevan al matadero, ya no queremos más muertes”, reclamó una mujer, mientras sostenía a una niña en sus brazos, la cual lloraba a todo pulmón, “este sí es dolor, no lo que tu sientes, eso no es nada”, le dijo al Gobernador.