Crónica I Morelia con impresionante baja de delitos

(Foto: cortesía)
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Morelia, Mich. | Montserrat Herrera/Acueducto Online.- Asombrada por la labor de los policías, Grisel Mejía persiguió el sueño de, alguna vez, volverse parte de ese cuerpo y poner en práctica su espíritu servicial.

Por obras del destino, la vida le puso a un policía en el camino, el cual se convirtió en su acompañante de vida, creando una familia en donde nació una pequeña.

El esposo de Grisel fue (y es) inspiración total para ella, pues ha sido uno de los ejemplos más grandes a seguir que ha tenido.

Grisel ingresó, en el año 2015, al cuerpo policiaco como cadete, después, decidió entrar a la academia de policías y, años más tarde, se convirtió en directora de la Unidad de Proximidad y Vigilancia de la Policía de Morelia.

“Esto es pasión y gusto por lo que haces, sobre todo que tengas el don de servir”, dijo con voz un tanto imponente.

Grisel es una mezcla entre seguridad y calidez, hablando un poco con ella, su manera de ser tranquila, pero firme, sale totalmente a relucir.

— ¿Cómo se sintió una vez que entro al cuerpo policiaco?

— Con mucha responsabilidad, hay que tomar la importancia que tiene ser servidor público, porque algunos se pierden en el camino. Al ingresar a la policía, encontré lo que me gusta, lo que me llega.

El ser madre nunca fue un obstáculo para Grisel, pues con el paso del tiempo ha encontrado un equilibrio entre su trabajo y su familia, cosa que le ha dado estabilidad a nivel emocional y le brinda plenitud.

“Al principio era difícil porque aquí no tienes horarios, tienes hora de llegada pero no de salida, pero una vez que te organizas todo es más sencillo”.

— ¿Cuál ha sido tu inspiración para seguir en este trabajo?

— La inspiración es ayudar, cuando tienes el espíritu del servicio, todo sale en automático.

Ahora, Grisel dice sentirse completamente feliz con el equilibrio que ha encontrado, pues hacia donde ella voltee, siempre encontrará algo que la haga sonreír.

“Para mí es muy satisfactorio cuando mi hija me abraza y me dice “mamá, eres la mejor”, ahí se que estoy haciendo lo mejor”.