Crónica | El adiós al Big Boss

Imagen/Montserrat Herrera
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Ciudad de México | Montserrat Herrera/Acueducto Online.- La entrada del metro Centro Deportivo se encontraba abarrotada de personas que buscaban salir lo más pronto posible, pues querían, a toda costa, formar parte de las primeras filas en el Foro Sol.

En la entrada, un montón de puestos de mercancía del reguetonero Daddy Yankee creaba filas, más de uno no pudo resistirse a las sudaderas, gorras, playeras y chamarras que ofertaban.

La gente comenzó a formarse para escanear sus boletos, el tamaño de la entrada del foro hacía vernos a todos como hormigas en camino al hormiguero.

Al entrar al Foro Sol, se creó un círculo de personas caminando alrededor, pues cada quién tenía que encontrar su entrada establecida y acomodarse en su lugar.

La parte de abajo, muy cerca del escenario, cada vez iba creciendo más y más, hasta adelante, la gente creó una masa impenetrable, el aire faltaba, pero las pequeñas brisas de viento frío calmaban a aquellos que sentían desmayarse entre la multitud.

La gente entraba con horas de anticipación para intentar estar lo más cerca posible del artista, pero no muchos lo lograron, pues si intentabas ingresar a la parte de adelante, te podías llevar un insulto o un empujón de regalo.

Los fans estuvieron más de 4 horas esperando el inicio del concierto, el cual tenía establecido comenzar a las 9:00 pm.

En punto de las 9 pm, la pantalla proyectó la cuenta regresiva de dos minutos que se fueron como agua, la gente gritó desde el diez hasta el cero, elevando sus celulares para captar el momento de su salida.

La pantalla mostró un avión que aterrizaba en el escenario y, de él, bajó la leyenda del género urbano, Daddy Yankee.

Daddy Yankee es la leyenda viva del reguetón, pues acuñó esta palabra para describir lo que estaba creando, desde sus catorce años se convirtió en compositor, cantante y rapero, creando sus canciones desde el cuarto de su casa.

Ahora, se encontraba frente a un Foro Sol completamente lleno, con los boletos agotados desde el mes de mayo, dando la gira que le daría fin a su vida de artista.

Daddy Yankee comenzó con su canción “Campeón”, demostrando que fue cierto lo que alguna vez escribió: “la calle, la cuna del criminal, y yo me convertí en la máquina”.

El artista no decepcionó a su público viejo ni nuevo, pues tocó sus más grandes éxitos como “¿Qué tengo que hacer?” y los más recientes como “Que tire”, involucrando a todo el fandom que lo sigue.

Los bailarines iban y venían entre canciones, la rapidez con la que cambiaban sus vestuarios era impresionante.

El “Big Boss”, como lo llaman, aunque no podía bailar por la prótesis que lleva en su pierna, la cual le impide moverse demasiado, hacía un gran esfuerzo por coordinar con los bailarines, los cuales vistieron todo el show.

En cuanto sonó “Mayor que usted”, la pantalla proyectó al dueto más conocido en el reguetón de los 2000’s, Wisin y Yandel, los cuales cantaron junto a Daddy Yankee.

Alrededor de 30 canciones fueron puestas en escena por el artista, las cuales se llenaron de pirotecnia, fuego y luces.

Las personas no dejaron de cantar sus canciones, cosa que le sorprendió al artista pues, normalmente, en sus conciertos en Estados Unidos, la gente no suele ser tan efusiva.

Daddy Yankee se tomó un momento para hablar con el público, diciendo que él se siente mexicano y que está feliz de presentar 5 fechas en el país, a lo que el público comenzó a gritarle “Daddy, hermano, ya eres mexicano”.

Aunque no podíamos ver sus ojos por los lentes de sol que usaba, característicos en su vestuario, su rostro expresaba emoción y sus labios comenzaron a apretarse, intentando evitar las lágrimas.

Entre la multitud, una mujer levantó un regalo amarrado con un listón con los colores de la bandera de México, por lo que la multitud comenzó a apuntarla para que el artista la viera.

Después de cantar sus canciones más virales, el Big Boss invitó a unos cuantos del público a subir con él a bailar, entre ellos, dos mujeres que han ido a 12 conciertos suyos y a una familia con su pequeño.

De repente, el show daba descansos entre canciones, presentando a bailarines quienes danzaban canciones muy famosas del artista, pero que no fueron cantadas, todo esto para que Daddy Yankee pudiera cambiarse el vestuario y prepararse para la siguiente ronda de canciones.

En un momento, el Big Boss pidió a todo el público prender las linternas de sus celulares para interpretar la canción “Limpia parabrisas”, salida en el 2009.

Desde lo alto se podía ver cómo pequeñas luces se movían de izquierda a derecha, viéndose, en los ojos del artista, como “una galaxia”.

Para cerrar con broche de oro, el artista dijo “no hay problema que usted tenga con su carro”, y la emoción de la gente explotó, pues por fin había llegado la canción más esperada por el público, la que marcó un antes y un después en el género urbano y fue inspiración para muchos artistas: Gasolina.

Los lanzallamas no cesaron, pues en cada beat encendían y daban una brisa ardiente, pero no molestó a nadie, pues todos se concentraron en cantar a todo pulmón la canción más anhelada.

Al término de la canción, por detrás del escenario, los fuegos artificiales encendieron el cielo, despidiendo de la industria musical a un grande como lo es Daddy Yankee, el cual agradeció a todo su público por la asistencia y por ser, una vez más, un éxito.

Cuando la gente se dispersó, el frío invadió el lugar y tomó por sorpresa a varios, los cuales tuvieron que salir apresurados a refugiarse.

Otra vez, la entrada del metro se encontraba llena, pues estaban por acabarse las salidas del mismo…