Morelia / Iván Villanueva
“Tragabalas”, de 32 años de edad, viste con un pantalón de mezclilla, que claramente no es de su talla pero nada que un par de dobleces no arregle, una playera y sudadera negra, un reloj y una pulsera con dibujos alusivos al cannabis adornan su muñeca derecha, una gorra descolorida protege su cabeza de los rayos del sol.
Un crucero, cuatro carriles y 90 segundos pueden ser la oportunidad para que pueda ganar algunas monedas, “desde los 100 pesos hasta los 350, cuando es quincena”, aseguró “Tragabalas”.
En contra esquina, un inflable publicitario, música y jóvenes repartiendo propaganda de un candidato a la alcaldía.
La separación de sus padres y la necesidad por llevar más dinero a su casa fueron los detonantes para que desde los 8 años de edad, decidiera salir a trabajar como limpiaparabrisas.
P: ¿Por qué tuviste que salir a trabajar en los cruceros?
R: Por bajos recursos, si teníamos que comer en la casa pero a veces nos hacía falta para algunos antojos, mi mamá no tenía el recurso para darnos, éramos cinco y ella madre soltera, se separaron con mi papá.
“Tragabalas” sólo tuvo la oportunidad de cursar hasta tercer grado de primaria, al mismo tiempo tuvo que interrumpir su sueño de ser un bombero.
P: ¿Tuviste la oportunidad de estudiar?
R: Sí, yo estudie hasta tercero de primaria y lo dejé porque también se ocupaba dinero para los útiles y no alcanzaba, tenía que elegir entre comer o comprar lo que me pedían en la escuela.
P: ¿Si tuvieras la oportunidad que te gustaría estudiar?
R: Me hubiera gustado estudiar algo que me sacara adelante, tal vez un licenciado, veterinario o médico.
P: ¿Cuál es mayor problema al que te enfrentas en tu trabajo?
R: La gente de repente se pone agresiva pero como reclamarle si ellos siempre tiene la ventaja porque van en su coche y uno es el que llega a molestarlos, uno llega de buena manera a limpiarles el parabrisas, a ganarse una moneda.
P: ¿Alguna satisfacción que te dé tu trabajo?
R: La neta desde morro siempre me ha gustado andar en la calle, desde los ocho años nunca tuve un regalo en el día de reyes, todo lo que tengo me lo he ganado gracias al crucero y a la gente que de buena voluntad me da esa moneda.
El crucero de Mil Cumbres le trae muchos recuerdos a “Tragabalas” fue uno de los primeros lugares en los que acudía a trabajar, incluso llegó a ser su casa, un par de cartones solían ser su cama en su infancia.
