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Morelia/Enrique Castro

Al filo del mediodía comenzaron a llegar los miembros de la Asociación Astronómica de Michoacán a la Plaza Melchor Ocampo, en el corazón del Centro Histórico de Morelia. Colocaron sus telescopios y los acomodaron apuntando al sol.

El motivo era el eclipse de sol, y aunque parcial, se podría ver con los instrumentos necesarios. Poco a poco la gente se comenzó a juntar a observar, algunos no sabían que pasaba; otros más fatalistas, pensaban que todo se iba a oscurecer, o que se iban a quedar ciegos.

“Los telescopios tienen filtros especiales, no pasa nada” le decía un señor a su hija. A las 13:11 llegó el momento de mayor cobertura, allá en el espacio, abajo la vida transcurría de manera normal, solamente en la plaza se veía el “borlote”.

Algunos con filtros solares lo veían, otros improvisan formas de reflejarlo en el suelo o en una hoja de papel.

Sin embargo, los que venían por los telescopios terminaban con una sonrisa y un “Se ve bien padre”. Alguien tenía y prestaba los lentes de aquel famoso eclipse total de 1991, aún en buen estado.

Los que usaban filtros de soldador lucían un poco “lampareados”. La gente pasaba, se formaba, veía y se iba. Y así en Morelia se observó el primer eclipse de sol del siglo. Para unos bien, otros ni en cuenta.