Morelia/Julieta Coria
José Manuel Mireles Valverde está de vuelta, luce un sombrero negro, camisa blanca, pantalón de vestir y un morral que le cuelga del pecho, donde va apuntando los compromisos y entrevistas, dice que viene a hablar con sus abogados, a agradecerles, en total libertad, es ahora el motivo de lucha hasta que Michoacán vuelva a tener paz social.
Llegó al despacho de su abogado Ignacio Mendoza. Llamó la atención con su figura imponente sin seguridad ni mucho menos elementos de policía estatal, que lo cuidarán desde que recuperó la libertad.
Saludó a los periodistas y a todos los que estaban presentes, el abogado pidió que la convivencia con los medios de comunicación no se convirtiera en una rueda de prensa, ya que la idea era platicar el asunto tras la recuperación de su libertad; solo había dos medios de comunicación en el despacho y los fotógrafos se regodeaban en hacerle al líder de las autodefensas acercamientos.
Mireles mantenía una sonrisa que no podía esconder, saludaba, hace apenas unas horas quedó totalmente absuelto del delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, cuando formó parte de las autodefensas, luego de que el Segundo Tribunal Unitario del XI Circuito en Morelia, sobreseyó el proceso en su contra. Esa es su felicidad hoy, y se le nota.
Media hora duró la entrevista, le preguntaron qué seguía tras la resolución, a lo que el doctor respondió, que demandará a todos los que lo metieron injustamente tres años en prisión “en primer lugar es a Alfredo Castillo Cervantes, “en segundo lugar, es a los patrones que lo mandaron a él a hacer estas estupideces porque fueron todas ilegales…”
“Tienen que pagar por las más de 2 mil 800 viudas que nos dejaron en la Tierra Caliente, por los más de 4 mil 500 huérfanos que nos dejaron en la Tierra Caliente”.
Que sigue para el doctor Mireles, fue otra pregunta, que no podida, faltar, a lo que Mireles respondió con toda la tranquilidad y seguridad en sus palabras «no dejaré de ser autodefensa y colaboraré en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, si me lo pide y ya me lo pidió”.
Se le ve feliz, la mirada más que altiva, el caminar es rápido, seguro de sí mismo, dejando atrás las secuelas de una azarosa vida. Nadie sabe si realmente extraña estar en el campo de batalla, hoy es libre, en lo absoluto.