URBANÓPOLIS | Presupuesto Participativo | Salvador García Espinosa

En resumen, la próxima convocatoria podría definir de forma específica la naturaleza de los proyectos que deban concursarse y, de igual forma, deberían involucrarse aspectos relacionados con la contribución a la resiliencia urbana, así como la sustentabilidad ambiental.

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La semana pasada se dieron a conocer los *resultados* seleccionados del proceso de Presupuesto Participativo en el municipio de Morelia. Esta convocatoria comprendió una bolsa de 21 millones de pesos que *corresponden* a un porcentaje de la recaudación por impuesto predial. De un total de 184 proyectos que se sometieron a votación de la ciudadanía, 11 fueron los seleccionados por haber obtenido la mayor cantidad de votos.

De los múltiples requisitos que se establecieron en la convocatoria, *destaca* que los proyectos propuestos no deberían superar los 2,000,000 (dos millones de pesos) en obras o acciones. Además, cada proyecto deberá observar el respeto a los derechos humanos, la inclusión de personas en condición de vulnerabilidad, la igualdad de género y apegarse a los principios de accesibilidad universal.

El Presupuesto Participativo puede definirse como “un dispositivo que permite a los ciudadanos no elegidos participar en la concepción o la repartición de fondos públicos” y desde *1989, cuando se presentó por primera vez en Porto Alegre, Brasil*, se han replicado, modificado e incorporado múltiples ejercicios en el mundo, para llegar a ser una de las formas de democracia participativa más utilizada y debatida. Las primeras experiencias en México fueron en el municipio de San Pedro Garza en Monterrey, a finales de la década de los noventa, y posteriormente en la CDMX a partir del 2007. Así que, aunque años tarde, como un primer ejercicio sin precedentes en Michoacán, debe considerarse un éxito.

Se considera que este tipo de ejercicios gubernamentales genera una percepción favorable por tomar en cuenta a la ciudadanía para decidir la inversión pública, fortalece la democracia, reduce el margen de discrecionalidad en el uso de los recursos públicos y, lo más importante, fortalece el sentido de comunidad. Al respecto de este último aspecto, las declaraciones de autoridades municipales señalan que se registraron un total de 38,981 votos. Sin duda, *existe* un área de oportunidad en materia de lograr una mayor difusión e incentivar la participación de la ciudadanía. Otro aspecto aún más relevante es garantizar que este proceso de *Presupuesto Participativo* se siga ejerciendo año con año, para desdibujar la percepción de que fue solo una estrategia del proceso electoral vivido.

Con seguridad, el principal aspecto a rescatar del Presupuesto Participativo es considerar que las propuestas que realizó la ciudadanía resultan ser un excelente diagnóstico de quienes viven la ciudad, sus carencias y sus beneficios. En este sentido, del análisis de los 184 proyectos registrados y sometidos a la votación, se pueden desprender las siguientes consideraciones:

Áreas verdes y recreativas.

La mayor cantidad de los proyectos propuestos, *el 37% del total, correspondió a la rehabilitación, mejoramiento y ampliación de áreas verdes o recreativas. Lo que sin duda evidencia el hecho de que los habitantes de la ciudad identifican una deficiencia en áreas verdes, sus condiciones de mantenimiento y equipamiento. Además, se refrenda la responsabilidad del gobierno por garantizar áreas verdes en calidad y cantidad para **mejorar* la calidad de vida de quienes habitamos la ciudad.

Infraestructura.

En segundo término, el 28% de las propuestas corresponden a la construcción y mejoramiento de *infraestructura*. Resulta significativo que, a través del Presupuesto Participativo, la ciudadanía solicite que la autoridad destine recursos a proyectos relacionados con el drenaje, agua potable, planta de tratamiento de aguas residuales, alumbrado, etc. Aspectos todos que se supondría son atendidos a través de los programas de obra anual.

Movilidad.

Algo similar al caso anterior ocurre con los proyectos de movilidad, donde las solicitudes de pavimentación de vialidades, construcción de ciclovías e infraestructura peatonal representaron el 21% de los *184* proyectos sometidos a votación.

Equipamientos.

Aunque el menor porcentaje de las propuestas (14%) *refiere* a infraestructura, resulta *relevante* señalar que, en la mayoría de los casos, los equipamientos solicitados corresponden al interés de asociaciones civiles que, si bien se considera que no deben formar parte del presupuesto municipal, *sería un elemento a aclarar* en la próxima convocatoria.

En resumen, la próxima convocatoria podría definir de forma específica la naturaleza de los proyectos que deban concursarse y, de igual forma, deberían involucrarse aspectos relacionados con la contribución a la resiliencia urbana, así como la sustentabilidad ambiental. De forma operativa, se requiere mejorar el procedimiento de votación, así como la difusión de los proyectos propuestos, con la finalidad de lograr un equilibrio entre los proyectos en colonias densamente pobladas y aquellos proyectos de beneficio general como los propuestos sobre arborización en el centro Histórico.