Morelia/Redacción
Fueron más de tres horas de una noche espectacular, de emoción y de recuerdos encontrados de los asistentes a la caravana de rock and roll, en donde estuvieron deleitando cuatro figuras emblemáticas de aquellos tiempos idos, el de las décadas de los 50s, de los 60s….
Ahí estaban Angélica María, César Costa, Enrique Guzmán y Palitos Ortega; claro que la mayoría de los presentes sintieron las ausencias de Alberto Vázquez Johnny Laboriel y Julissa, así como a Los rebeldes del rock, a los Teen tops, las Camisas negras y Los locos del ritmo.
Una añoranza que subrayaron la de Cuando me enamoro, una Angélica María que desde pequeña actuaba con Pedro Infante y que en los sesentas se consolidaba como intérprete de canciones se empezaba a consolidar como La novia de México.
O, el de Dile que la quiero, un César Costa, quien inicio su vida con Las camisas negras -antes los Black Jeans-, y ya como solista imprimió un sello propio, hasta en la forma de vestir, sobresaliendo su suéter de rombos y de diversos colores.
O, el de La plaga, Enrique Guzmán, el de origen venezolano, el que fue de Los Teen tops, uno de los galanes de aquella época, la de los sesentas; posteriormente, combinó su carrera de cantante con la de actor de cine.
O, el de Prometimos no llorar, un Palito Ortega o Ramón Batista Ortega, un argentino que ha sido cantautor, actor, director de cine y hasta político, siendo gobernador de Tucumán y Senador en su respectivo país de origen.
Pero, la noche, la noche, en el Palacio del Arte, en la capital michoacana, la que en ese pequeño espacio iluminaron los cuatro rockeros, no tuvo precio, espiritualmente hablando, porque los costos oscilaron entre los 550 hasta los 1, 950 pesos.