Un semillero de golpes

Foto: Enrique Castro
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Morelia/Enrique Castro/acueductoonline.com

Son las 17:00 horas y abre sus puertas, es el Club de Box, Guerreros, a cargo de Adolfo “El zurdo” Santibáñez. Con una escasa luz, este pequeño gimnasio comparte espacio con canchas de futbol y otro espacio para la gimnasia. La recepción funciona como tal y punto de venta de productos de rehidratación y botanas.

Foto: Enrique Castro

“El zurdo” lleva aproximadamente 3 años establecido en este lugar, en la colonia La huerta en Morelia, y ahí sus entrenados sudan día con día a caudales. Llantas de tractor, aparatos de gimnasio, costales, peras, espejos y un pequeño armario para los guantes son la decoración.

Foto: enrique Castro

En un espacio alguien sube y baja las llantas haciendo ejercicio cardiovascular mientras un niño acompañado de su papá brinca la cuerda. Por otro lado, un par de jóvenes golpean un costal ya con los guantes puestos.

“Hoy no tenemos el cuadrilátero”, afirma el Zurdo y explica que es por cuestiones técnicas, ya que irán a participar a una competencia y se tuvo que mover. Dos jóvenes mujeres entrenan de igual forma, Diana Carapia pegada a la malla ciclónica de división, escucha música en audífonos grandes y hace round de sombra; imagina al oponente, brinca y baila con sus piernas, respira y suelta golpes, esquiva la respuesta imaginaria, el sudor le corre por su cara.

Foto: enrique Castro

En otro punto, Itzel Pichardo, otra boxeadora llega de correr y se organiza para comenzar la sombra. Junto a los costales, una foto del famoso boxeador Juan Manuel Márquez, de brazos cruzados, vigila el rendimiento del que ahí a un costado golpea al saco. Ahí está sin mover un solo dedo, para algunos es una gran motivación.

En los espejos se reflejan los jóvenes yendo y viendo alrededor de los costales o brincando las cuerdas. Se observan y rectifican que está bien o mal. Un cronometro en la pared pita cada tres minutos para anunciar el descanso o el cambio de actividad.

Foto: Enrique Castro

El zurdo ayuda y coloca las vendas antes de los guantes y observa y corrige a los que ahí entrenan; los alumnos rectifican el error y siguen. Por momentos, se olvidan de todo y encausan sus fuerzas a dar, recibir y esquivar golpes.

Un día en el Club de Boxeo Guerreros

Para el Zurdo, boxeador por más casi 15 años, todas sus baterías ahora se enfocan en su gimnasio y en mantener a “sus chavos” en un buen nivel.

Unas sillas y mesas de una refresquera lucen ahí para los acompañantes de lo que entrenan, algunos se desenvuelven en el ámbito profesional del boxeo y otros en el amateur, también existen los que solo van por hacer ejercicio y bajar de peso.

foto: Enrique Castro

Sin embargo, el espacio donde se entrena uno de los deportes más completos y famosos a nivel mundial cobra vida día con día a punta de derechazos, izquierdazos y ganchos al hígado, aunque sean de entrenamiento.

Foto: Enrique Castro