Morelia, Mich. | Acueducto Noticias.- El último fin de semana del mes se vio marcado una jornada tensa en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Colombia, que concluyó con un acuerdo alcanzado por la administración de Donald Trump y el presidente Gustavo Petro. En un comunicado emitido por la Casa Blanca en la noche, se anunció que 160 colombianos en situación irregular serían repatriados a su país sin restricciones ni condiciones por parte del Gobierno colombiano, y que las sanciones impuestas por Estados Unidos durante el día serían levantadas.
El conflicto se desató temprano en la mañana, cuando Petro decidió negar el ingreso de dos aviones militares estadounidenses que transportarían a los migrantes de regreso a Colombia. Esta medida desencadenó una respuesta inmediata por parte del presidente Trump, quien anunció sanciones que generaron alarma en diversos sectores del país.
Desde las 5 p. m., la Casa de Nariño informó que Petro había convocado una reunión clave con su equipo de gobierno, incluyendo a Luis Murillo, canciller saliente; Laura Sarabia, quien asumirá como canciller en febrero; y Daniel García-Peña, embajador en Washington. Este encuentro alimentó expectativas de que se encontraría una solución para evitar un mayor deterioro en las relaciones bilaterales.
Mientras tanto, Sarabia utilizó su cuenta en X para pedir calma a la ciudadanía, asegurando que se mantenía un diálogo activo con las autoridades estadounidenses. Por su parte, Petro adoptó un tono desafiante, declarando que Colombia no cedería ante las presiones de Estados Unidos.
Finalmente, cerca de las 10 p. m., ambas partes lograron un consenso que permitió desactivar las tensiones. La Casa Blanca confirmó que los migrantes regresarían a Colombia sin que el gobierno de Petro impusiera restricciones, y las sanciones aplicadas más temprano por Trump quedarían sin efecto.
Este desenlace evita una crisis diplomática mayor y destaca el papel de la negociación en la resolución de conflictos internacionales.