Morelia/Samuel Ponce Morales
La del Congreso del Estado no es la primera acción del gobierno que contribuye en Michoacán a enaltecer a grupos que cantan nacocorridos.
En 2014, justo en pleno inicio de la ofensiva del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto contra el crimen organizado en la entidad, las autoridades locales dieron su aval para un concierto con algunos de la máximos exponentes de ese género musical.
El diario Reforma publicó el 2 de febrero de 2014 una crónica del show, que tuvo como escenario el Pabellón Don Vasco, en la ciudad de Morelia.
Enfundados en un atuendo camuflado, tipo militar, en el escenario los cantantes no ocultaron su simpatía por la organización delictiva Los Caballeros Templarios, describió.
«Si me mochan la cabeza me vale madre, compadre ¡Puros Caballeros Templarios!», gritó uno de ellos desde el micrófono, arrancando el júbilo del extasiado público que atiborró esa noche el Pabellón Don Vasco.
Entonces aquel grupo musical soltó una de sus canciones que más le ha pegado en el ambiente del corrido alterado y que alude a la organización templaria.
«Yo soy de Tierra Caliente, el ruido a mí no me espanta. Si un día me quieren matar, las balas a mí me resbalan. No me protege la ley ni la santa muerte, son los templarios», entonó el grupo Los de la A.
Avalado por autoridades municipales y estatales, el concierto entretuvo a más de 6 mil almas que inundaron las gradas y ruedo del lugar a partir de las 16:00 horas.
El show incluyó al cantante Alfredo Ríos, mejor conocido como El Komander, autor de las letras «Cuernito armani» y «Tokezones de cannabis».
«El ambiente de esa noche fue una apología al narcotráfico, aquel que autoridades dicen ahora combatir en esta entidad con toda su intensidad», citó el diario.
Narró que los integrantes de Los de la A, agrupación forjada desde Apatzingán, salieron al escenario portando chalecos y uniformes camuflados, como los soldados. También portaron «armas» largas y adoptaron posiciones de combate.
«¡Arriba Apatzingán! Andamos ocupando gente para ir a Apatzingán a echar putazos», expresó uno de los vocalistas desde el escenario montado en la parte alta del pabellón, un centro de espectáculos y charrería propiedad de la Dirección de Patrimonio del Gobierno del Estado.
La música se extendió hasta casi las 2:00 horas, ya del día siguiente, siempre bajo la custodia de elementos de la Policía Estatal Preventiva y Policía Auxiliar para evitar incidentes.
«También me gustan las marcas, vestirme a la moda, contar buenos carros. Y aunque mi dinero sea ranchero aquí vale lo mismo, no me lo he robado. Los cerros forrados de la mota en greña, costales llenando», recitó El Komander.
En las gradas y el ruedo el alcohol corrió sin cesar durante casi 10 horas que duró el concierto, que estuvo precedido por una competencia de jaripeo y otras bandas.
Las entradas se cotizaron en 150 pesos en preventa y 200 el día del evento, el cual contó con la autorización del Ayuntamiento de Morelia, a través de la Dirección de Ingresos, según los sellos del boletaje.
Para las 22:30 horas las mujeres ya habían lanzado las primeras prendas a los pies de Alfredo Ríos.
El cantante respondió subiendo al escenario a hombres y mujeres, a quienes dio de beber alcohol a chorros, directamente de las botellas.
En pasillos, los souvenirs de playeras con hojas de mariguana y fusiles AK-47 estampadas en el frente o en la espalda, hacían redondo el negocio.
Los six de cerveza y las botellas de Buchanan´s se plegaban a las butacas y de ahí a las gargantas.
«Te debo mi vida cuernito de Armani rameado. Salvaste mi vida a la hora de pelear, saliendo de un antro quisieron tumbarme, mi cuernito Armani tuvo que reaccionar», deleitaba Komander a sus fans.
«Fue un regalo de un señor muy grande, que es pieza importante allá en Culiacán. Sigo firme y macizo a la empresa, dedo en el gatillo listo pa´ accionar».
Casi a la medianoche la cerveza, el whisky y los tequilas resultaron insuficientes para algunos. En el graderío, unos hombres sacaron un sobre de polvo blanco que inhalaron en público.
«Vamos a ponernos bien locos …¡sáquenla!», habían incitado Los de la A. La sugerencia halló eco en ese pabellón, que el entonces Gobernador Fausto Vallejo usó para su cierre de campaña en 2011.
La agrupación sinaloense Calibre 50 cerró la velada, al son de su «Aguaje Activado».
«Con una morrita a un lado y en una troca perrona entregando yo trabajo cerveza, tequila y coca», entonaron los oriundos de Mazatlán.