Samuel Ponce/Acueducto
Si, cuál coincidencia, en la semana que está por concluir, se anuncia el proyecto para instalar en la capital michoacana el proyecto de un teleférico y días después, por fin, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla cede, entre comillas, a un encuentro institucional con el alcalde Alfonso Martínez Alcázar.
No hay duda que en la reunión entre ambos mandatarios, suscitada el pasado viernes en la llamada Casa Michoacán, hubo un diálogo institucional, pero no exento de diferencias, lo más tersamente posible, al menos así lo describe una de las escasas imágenes enviadas por el Gobierno de Michoacán.
Cierto, no sabemos si en la charla hubo avances y/ resultados concretos, sobre todo porque ambos tienen en su respectiva carpeta grandes e interesantes proyectos de obra para las y los morelianos, lo que si sabemos es que están atorados por la necedad del habitante de ex seminario tridentino.
Sin embargo, ante el adelantado anuncio de una serie de obras estatales en la vieja Valladolid, como los casos del Metrobús y el teleférico, el gobernante de la entidad deja, por lo pronto, a un lado su obsesión fatal por dominar el municipio, políticamente hablando, y abre espacios a las negociaciones. Veremos.