Arantepacua/Samuel Ponce.
Con la puesta en marcha de dos decenas de kuaris, la comunidad dio otro paso a su deseada auto determinación, cuando menos en el tema de seguridad.
Este lunes, los kuaris , vigilantes, fueron investidos con playeras y gorras, de azul oscuro, y en ellas la leyenda que los distingue como tales.
Los kuaris no posen armas de fuego, solo un sólido madero que empuñan diestramente, pero algunos aspiran a ser policías de verdad.
Por lo pronto, los veinte vigilantes purépechas también estarán alertas para evitar otro 5 de abril, donde un optativo policíaco provocó la muerte de cuatro comuneros.