Después de trece días, se levantaron las banderas rojo y negras en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), en lo que ya trasciende como el mayor fracaso que haya tenido el Sindicato de Profesores de la Universidad Michoacana (SPUM) a lo largo de su historia.
Desde el estallamiento de la huelga, el 25 de marzo, el movimiento se vio envuelto en el escándalo:
1.- Denuncias de que se alteraron las actas de la asamblea para “inflar” las cifras de maestros a favor de la huelga;
2.- las amenazas del dirigente, Lauro Chávez en contra de sus propios agremiados;
3.- la notoria fractura al interior del sindicato y
4.- la forma en que lo forzaron a levantar la huelga.
El fracaso de la dirigencia del SPUM no es sólo parte de un análisis periodístico, las cifras hablan por sí mismas: con el mismo ofrecimiento inicial por parte de la autoridad universitaria, la votación en la asamblea general concluyó con 1,358 maestros a favor de levantar la huelga, 162 en contra y 62 abstenciones.
A todo esto agregar que tampoco se pararon las labores en todas las dependencias universitarias, trascendió que al menos en los campus de Ciudad Hidalgo y Zamora, así como en el ex convento de Tiripetío, las puertas nunca se cerraron.
