La psicología española fue directo al grano, y sin hipocrecía (como debe de ser en nuestro caso como profesionales de la salud mental) indicando que el Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no existe, y fueron un poco más allá los psicólogos de la crítica contemporánea, indicando que la medicación en esos casos no es un tratamiento sino un dopaje.
Y acuerdo con ellos en lo general, pero con algunas precisiones, sobre todo por la charlataneria de un supuesto diagnóstico y tratamiento innovador para tratar el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad que se pone de moda, con los abusos económicos en salud por todos conocidos. El TDAH es un constructo, una idea teorica, o también un conjunto de distintos síntomas generados por otras causas que requieren atención, por lo que no podemos despreciar de entrada un diagnóstico de TDAH, pero clínicamente es importante darle una atención adecuada, evaluar a la persona y escuchar su motivo de consulta, valorando otros elementos que hacen al padecimiento mental, no sólo sus diagnósticos de bolsillo.
Marino Pérez, catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención en la Universidad de Oviedo, siguiendo la tradición de las mejores escuelas psiquiátricas, psicológicas y clínicas argentinas, indica que lo que sí existe es la patologización de problemas normales de la infancia, algo de lo que he hablado en otras entregas, sobre todo por los abusos para vender medicinas y espejitos.
Hablar de estos trastornos permite a la población entender que la psicología es un fenómeno complejo de manera general y requiere atención de manera particular, considerando diversas enfermedades raras del campo de la psicología como el Síndrome de Otelo, que se caracteriza por la presencia de celos patológicos, o como el Síndrome de Cotard, que es un trastorno psiquiátrico poco común que se
caracteriza por la negación de la existencia de algunas partes del cuerpo.
Los distintos problemas psicológicos tienen una naturaleza diferenciada y requieren ser evaluados en conjunto con un profesional de la psicología que tenga formación clínica, donde el 98 % de nuestros casos mejoran de manera concreta y bien definida.
Nuestra posición en la Asociación Mexicana de Psicología y Desarrollo Comunitario, considerando la experiencia que hemos adquirido atendiendo a las personas en México y Estados Unidos, aunada a la expresada con la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil es la siguiente:
- El diagnóstico del TDAH es de tipo clínico, es decir, evaluando el proceso para identificar una enfermedad, afección o lesión a partir de los signos y síntomas, la historia clínica y el examen del paciente, considerando la información proporcionada por los familiares del paciente, bajo la supervisión de un psicólogo.
- Existen escalas y pruebas psicométricas que complementan el diagnóstico de TDAH y no sustituye la valoración clínica. Todos los psicólogos tienen la obligación de realizar una evaluación para no partir de suposiciones.
- Ningún estudio de laboratorio o gabinete como electroencefalograma, mapeo cerebral o resonancia magnética establece el diagnóstico de TDAH, su uso se limita a casos donde sea necesario descartar condiciones médicas no psiquiátricas. Es importante hacer notar los abusos de los médicos en el campo de la psicología, donde sus decisiones políticas generan daños a la salud por su ignorancia y sus ilegalidades.
- El tratamiento del TDAH debe abordarse de manera multidisciplinaria, individualizando cada caso y debe ser integral, considerando los avances más desarrollados de la psicología científica en su teoría y su práctica.
- De acuerdo con la medicina basada en evidencia, las intervenciones terapéuticas psicológicas, educativas y en algunos casos farmacológicas, en conjunto tienen la mayor porcentaje de resultados favorables en el TDAH.
- Las distintas intervenciones deben de pasar por un acuerdo científico, con la anuencia de los padres y haber sido aceptadas por la ciencia psicológica, donde las asociaciones de psicólogos realizamos análisis pormenorizados con las distintas poblaciones con las que trabajamos.
- Causas y azares…
La Secretaria de Educación no está haciendo su trabajo en temas de Educación Integral en Sexualidad ni prevención del suicidio, por lo que podemos decir que la simulación sigue su cauce.
El nuevo gabinete del gobierno federal es desangelado y más de lo mismo, por lo que podemos esperar los mismos resultados de los últimos 6 años, esperando que no empeore la salud mental de las y los mexicanos.
La basificación del personal eventual de la Secretaría de Salud sigue en la incertidumbre, propiciando un daño en la calidad de los servicios de salud que van a quedar en la historia como un fracazo en esa política pública. - Hasta la próxima, que estoy solo y no hay nadie en el espejo.
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