Morelia/Héctor Tapia
Bajan de los autobuses, pulcros, planchaditos, hasta les brillan los zapatos y las líneas dejadas por el planchado marcando la línea en el pantalón. Es un día especial para ellos, los estudiantes, lo saben. Vienen, incluso, desde otras ciudades de Michoacán.
Por un lado los del Cetis 34, de Lázaro Cárdenas, y al otro, los del Cebtis 94 de Pátzcuaro. Fue el Concurso de Escoltas y Bandas de Guerra que se dio a nivel DGTI, subsistema educativo de nivel medio superior.
La Plaza Melchor Ocampo, a un lado de la Catedral, luego del izamiento de la Bandera Nacional que encabezó el Secretario de Gobierno del Estado, fue recibiendo delegación tras delegación. Cada una con su distintivo y uniformes para la ocasión.
Cada grupo, cada escuela, se agrupó en filas que marchaban al mismo paso, de forma coordinada, de manera previa al inicio del concurso. Había que entrar al último ensayo para no equivocarse en la competencia.
Parejitas, las boinas negras subían y bajaban al ritmo del paso marcado que iban haciendo tanto las escoltas como las bandas de guerra, cada una, hasta ahora, por su lado.
Llegó el momento de irse acomodando para iniciar primeramente con los honores a la bandera. Cada delegación fue ocupando sus lugares.
Fueron 16 los planteles los que llegaron a la Plaza Melchor Ocampo, cada uno con un uniforme que los distinguía de los otros.
Este concurso de escoltas se viene realizando desde el 2000; el único año en que no se realizó fue en el 2008, y se lleva al lugar de donde es la escolta ganadora.
Este martes, en la edición de este año, fueron 250 personas que bracearon, marcharon y saludaron al lábaro patrio; lo miraron con orgullo.
Una vez inaugurado el concurso, cada escolta se fue a preparar, a afinar los últimos detalles. Las de algunas escoltas buscaban entre sus cosas para detenerse un mechón de cabello que no se estaba quieto.
Algo de fijador en aerosol hace lo propio; además de ejecutar ordenadamente y en perfecta sincronía había que lucir bien.