Morelia/Samuel Ponce Morales
A un lado se sitúa un colaborador con un grueso de documento, quien solo está a la expectativa El funcionario se sabe de memoria casi todo de su área. Habla con fluidez, sin dejar de responder todos y cada uno de los cuestionamientos, aunque, a veces, esquiva algunas preguntas incomodas.
Dice que no hay marcha atrás en el reordenamiento administrativo en el sector educativo y que más a corto y mediano que a largo plazo se disminuirán radicalmente los comisionados –a excepción de los del magisterio llamado democrático y del denominado institucional- y que desaparecerán los aviadores”.
Vestido de manera informal, situado en una austera oficina alterna, el secretario de Educación en la entidad pormenoriza cómo en Michoacán se va desglosando cada uno de los puntos del calendario de la controvertida reforma educativa, de la cual, apunta, no hay marcha atrás.
Jesús Sierra, quien ha estado, trabajado, en los tres poderes del estado, en el Legislativo, en el Judicial y actualmente en el Ejecutivo, habla de que pese a las diferencias con los liderazgos de los “democráticos”, en algunas ocasiones radicales, diametralmente opuestas, es importante es mantener el diálogo.
Tercia cuando reconoce la dificultad para precisar el número exacto de trabajadores de la educación y sobre todo sus lugares laborales, pero de inmediato explica que se está haciendo para detectar las respuestas correctas, una parte de la realidad en el sector hoy en el ojo del huracán.