Morelia, Mich. l Nedy Paez/Acueducto Noticias.- Sergio Gerardo Burgos Gonzales, originario de Michoacán, lleva poco más de un año ejerciendo como sacristán en el templo de Las Rosas.
Sin embargo, reconoce, no sé porque Dios dio me dio licencia de estar aquí, solo que, añade, fue en una misa de 12 cuando de la nada, sin saber nada, para su sorpresa, se le escogió como sacristán.
Pese a ello, más por curiosidad, acudió a ejercer sus inéditas labores religiosas y desde ese día, hace un año, empezó auxiliar al sacerdote en el servicio del altar y cuidar de los ornamentos y de la limpieza de la iglesia.
Y, sin conocimiento alguno –remarca- uno de sus encargos fue tocar las campanas, para llamar a misa de ese sitio construido en la segunda mitad del siglo XVIII, donde se ubicaba el convento de las monjas dominicas.
Ahí estaba, sigue recordando, subiendo hacia el campanario y erguido convocando a misa alrededor de unas cuatro cuadras, y, a partir de ese momento, empezó a disfrutar en demasía de su trabajo.
Para él, ser sacristán le ha ayudado a superar y sobrellevar muchas de las situaciones complejas de la vida, de su vida, además de disfrutar de los encuentros con personas de infinidad de lugares.