Morelia, Mich. | Acueducto Noticias.- El miércoles pasado, un avión de Azerbaijan Airlines que transportaba a 67 personas desde Bakú a Grozni se estrelló en Kazajistán. El presidente ruso, Vladímir Putin, admitió que el sistema antiaéreo de su país estaba activo en el momento del incidente, mientras que el gobierno azerbaiyano señaló que la aeronave sufrió «interferencia física externa».
Según declaraciones del Kremlin, Putin conversó por teléfono con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, a quien explicó que el sistema de defensa aérea ruso estaba repeliendo ataques de drones ucranianos en la región de Grozni, Mozdok y Vladikavkaz durante el intento de aterrizaje del avión. Aunque Putin evitó confirmar si un misil ruso impactó el avión, ofreció disculpas por lo ocurrido en el espacio aéreo ruso.
Por su parte, Aliev aseguró que los daños en el fuselaje y las lesiones de los pasajeros y la tripulación demuestran que hubo una intervención técnica y física externa, según un comunicado oficial.
Las sospechas de que el sistema antiaéreo ruso pudo haber derribado accidentalmente el avión han crecido desde el incidente. Expertos occidentales han señalado que los agujeros visibles en la aeronave son consistentes con impactos de misiles antiaéreos.
Ante la incertidumbre, la vicepresidenta de la Unión Europea, Kaja Kallas, insistió en la necesidad de realizar una investigación internacional independiente, recordando el caso del vuelo MH17 derribado en 2014 en el este de Ucrania.
El Kremlin, sin embargo, ha evitado comentar las acusaciones directas, mientras que el portavoz Dmitri Peskov declinó responder a las declaraciones de la Casa Blanca sobre un posible disparo de misiles rusos. El caso sigue bajo escrutinio internacional, con múltiples llamados a esclarecer lo sucedido.