Rubén, el poeta bucólico

Especial
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Ucareo/Samuel Ponce Morales

En el reciente homenaje a Rubén Heredia Bucio, en donde se presentaron dos libros más sobre su vida y obra literaria, el historiador José Mendoza lo califico como un poeta bucólico, cuyos escritos pueden a semejarse, por ejemplo con Odisea o La Iliada.

El reconocimiento de quien muriera a los casi un centenar de años, fue aquí, en su pueblo que lo vio nacer y morir, aquí en el cual a base de lectura tras lectura, en forma casi autodidacta, logró ser un creador literario, un profesor de primaria y un doctor homeópata.

Sin embargo, lo que distinguió  a Rubén fue que siempre su conocimiento lo hizo horizontal, altruista, sobre todo para que los pequeños de su pueblo, a diferencia de él, tuvieran acceso a la educación, provocando hasta la reapertura de una abandonada «escuelilla». 

Él prácticamente rimaba todo, hasta lo llegó a ser con el entonces Presidente de la República, el General Lázaro Cárdenas del Río, a quien le pidió ayuda para su escuela, pero a veces lo hacia en lástimera autocritica:

“Silencioso, cabizbajo, retraído, misterioso,

con los ojos siempre huraños y medrosas las miradas,

por los campos solitarios, con los pies siempre desnudos;  

en pedazos las ropillas y el sombrero en anchas alas;

con la honda a la cintura

y el capote de zacate colocado a las espaldas,

iba el pobre pastorcillo solitario

tras el mísero rebaño de sus cabras…”.

En el homenaje, organizado por sus hijos, sus nietos y bisnietos, también incluyó a Sofía, a su amor de casi siempre…