Morelia/Vianey Cervantes
El salón Independencia estaba abarrotado. Apenas poner el pie en la antesala, el calor humano es inmenso, inmediatamente me trasladé a tierra caliente, las largas filas de mujeres que esperaban registrarse serpenteaban, por un lado, las civiles y por el otro, las mujeres policías, rectas, ordenadas y con sus pulcros uniformes.
Cuando logré entrar, el salón eran amplio, lleno de mesas con manteles
color mostaza y encaje color beige. Los lugares estaban ocupados, las mesas llenas. Los medios de comunicación, expectantes, corrían de un lado a otro con cámara en mano y los meseros, repartiendo rosas de mesa en mesa.
«Hoy sí le ganó Silvano a Alfonso en llegar tarde», se escuchan que platican y ríen los fotógrafos, cámara en cuello.
Alfonso Martínez, el alcalde de Morelia, bostezaba y bostezaba en su silla. De repente se ponía de pie, platicaba con alguien y sonreía para la foto; el resto del tiempo se le veía aburrido.
Después de una hora de retraso, la orquesta de viento comienza a tocar temas conocidos: Los picapiedra, los Simpsons, la pantera rosa, Looney Tools, en el micrófono una voz femenina informa:»Ya casi llega el gobernador». No pasaron ni 5 minutos cuando ,efectivamente, llegó el gobernador. Apurado y con pasos veloces se acercó al estrado , donde saludó a medios y tomó su lugar; inmediatamente todos los medios de comunicación se acercaron para fotografiarlo, era la figura principal de aquel evento; en las mesas algunas personas lo miraban expectantes, otras simplemente se preguntaban ¿dónde estaba la importancia de ver al gobernador? «ni que fuera la primera vez», dijo alguien. Entonces inició la ceremonia.
El discurso lo comenzó la secretaria ejecutiva del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Ángeles Nazares Jerónimo, quien comenzó su discurso diciendo «todos los días son para mí 8 de marzo, quizás suene atópico…» continúo con los hechos que hicieron que se conmemorara el Día de la Mujer, por primera vez en 1911. Recordó la muerte de las 146 mujeres trabajadores que exigían sus derechos y fueron quemadas dentro de la fabrica… «Esto es para conmemorara a las rapadas, a las que no puedieron someter, a las que salieron del esquema, a las que decidieron dejar la casa y volverse mujeres policías (…) Porque fueron, somos; y porque somos, serán», dos frases que, a su parecer, definen el día de la Mujer. Su discurso resultó inspirador y hasta romántico. Dio cifras: «en Michoacán, 1649 mujeres que defienden los derechos de todas y de todos nosotros».
Entonces pasó la ganadora del concurso, «Las mujeres policías Michoacán, compartiendo la experiencia», Janeth Martínez Ferreira, aplaudida por algunas, pero en la cercanía se murmuraba que «ni siquiera andaba en las calles» y «a esa nadie la conoce». Janeth dio un discurso corto, narró cómo fue que logró entrar a la policía y cómo fue gracias al apoyo de sus pequeños hijos que pudo completar la carrera: «Tenía un salario por capacitación, tenía empleo…Todo mejoró».
Le aplaudieron al finalizar; «te dije que iban a pasar a las puras allegadas», «¿y a nosotras quién nos felicita?, entre estos susurros entró el gobernador constitucional del estado a dar su discurso:
«Una disculpa por el retraso, sé que llevan mucho tiempo aquí esperando; estoy con serios problemas de agenda (…)». El gobernador apenas podía hablar, tomaba pequeños sorbos de
agua entre frases, «La procuraduría es la zona con más mujeres, a ustedes que decían que el procurador era machista, ¿ ya ven?» bromea, pero al parecer al procurador no le hace mucha gracia.
Hace mención a la visita que hizo a la costa michoacana, donde en los dormitorios había 55 camas de hombres y solo 4 para mujeres, por asuntos de proporción y afirmó que en el futuro, «las instalaciones estarán preparadas para más mujeres».
El gobernador se lleva la tarde: «Yo fui criado por 3 mujeres: mi madre, mi abuela y mi tía; soltó chasquarrillos y declaró que «ustedes son lo más valioso; por eso vamos a invertir en ustedes (…) Si la policía fuera cincuenta por ciento mujeres, la seguridad sería mucho mejor; los hombres somos más propensos a caer en tentaciones, las mujeres son más incorruptibles».
Silvano, quizás para quedar bien, quizás por verdad, pero habló sobre la reducción voluntaria de su salario en un 25 por ciento y dijo esperar que «en estos 4 años y cacho que quedan de gobierno, espero cumplir con ustedes».
«Aquí nació el México, y ayer me enteré, espero que no se estén inventando esto, pero también la bandera nacional la hizo un artesano michoacano. Michoacán es la cuna de nuestra nación (…) somos un estado muy rico, heredero de las más hermosas y antiguas tradiciones».
Ronco, muy muy ronco, el gobernador prometió que asegurará que «los compañeros ya no las acosen (esto causó risas en todas las mujeres policías), prometió trabajar en capacitaciones». «La seguridad es
Les dejo un abrazo cariñoso. Sí se puede,entiendo que la carrera es algo complicado, limita los tiempos con la familia, pero sí se puede. No es solo un empleo, si lo vemos así se nos va la motivación (…) La verdad uno se mueve más por principios, por convicciones (…) Yo estoy convencido de que sí se puede, y si cuento con ustedes, tendremos éxito».
Antes de partir hizo referencia a su enfermedad, «sí me hizo bien la inyección, ayer no podía hablar (…) pero también, fui educado por mujeres, la simple compañía de mujeres me hace sentir bien».
La salida cual héroe del gobernador dio fin a la ceremonia, a las mesas comenzaron a llegar los platos con carnitas, arroz, guacamole e incluso charales, una porra se escucha al otro lado del salón («tenían que traer a las administrativas», dice una policía en una mesa cercana).
Llega entonces la premiación; solo se escuchaban quejas y quejas, «esto es un fraude», «ni siquiera andan en la calle y las premian». Solamente a una le merecían el premio: Jocelyn, con 20 años de antigüedad y aún en el rumbo.