Morelia, Mich. | Asaid Castro/ACG.- En respuesta a la instrucción del arzobispo de Morelia, Carlos Garfias, al presbítero de la comunidad de Tzintzuntzan, Sergio Chuela Álvarez, de recuperar el antiguo Convento Franciscano de Santa Ana para la celebración de los 500 años de la evangelización de la comunidad indígena, la asamblea comunal y los miembros del consejo directivo del centro cultural comunitario han decidido no entregar el inmueble.
Alegan que ha sido resguardado y restaurado por la propia comunidad desde 2002 hasta 2012, sin que la iglesia o el clero hayan contribuido económicamente, siendo uno de los principales espacios de formación, cultura y turismo del poblado.
Con mantas colocadas en el Atrio de los Olivos, donde se encuentra el convento, la comunidad expresó su negativa a entregarlo a las autoridades eclesiásticas. En una reunión, la asamblea comunal considera que el convento no sólo es un patrimonio cultural, sino también un atractivo turístico que genera ingresos y es autosustentable. De esto, existiendo un registro de ingresos y egresos que legitima el carácter cultural del edificio.
Ricardo Estrada, tesorero del Centro Cultural, aseguró que existe un hostigamiento por parte del clero, auspiciado desde la arquidiócesis de Morelia. “No vamos a entregar el convento. Si el mismo gobierno federal lo quisiera, ni a él se lo entregaríamos”, afirmó, respaldado por los aplausos de los pobladores reunidos en la asamblea.
En una rueda de prensa, miembros de la comunidad explicaron que no se trata de un tema de fe, sino de la defensa del patrimonio del pueblo. Indicaron que el convento no ha estado en posesión legal del clero y que el edificio fue restaurado con fondos gestionados por la comunidad y varias instituciones nacionales y extranjeras, bajo el proyecto “Adopte una Obra de Arte”.
Ante el actuar del párroco local, Sergio Chuela Álvarez, Javier Guillén, consejero del Centro Cultural, aseguró que han intentado mediar en la situación para no llegar a una confrontación con la iglesia.
“Había un grupo que había amenazado con quemar la puerta de la casa del padre. Nosotros, como Consejo, hemos intentado mediar en la situación”, explicó Guillén, sobre voces inconformes con el poblado, mientras en la asamblea se escuchaba a varias voces: “Que se vaya el padre”.
El Consejo Directivo, en conjunto con las autoridades comunales y los pobladores, mantiene su postura firme de no entregar el convento. Y aseguran haber entregado al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) un expediente para que se respete su custodia.
