Morelia/Julieta Coria
De visita al Congreso del estado de Michoacán, invitada por la diputada priista Yarabí Ávila, María de los ángeles, especialistas en Educación en Ceguera y debilidad visual, ofreció un curso-taller para mostrar la otra cara de los invidentes y a lo que se enfrentan las personas con alguna deficiencia visual.
Con poca asistencia, la diputada Yarabí fue la encargada de iniciar, comenzaba con los agradecimientos y los reconocimientos de las Maestra en mención, resaltó las acciones que el Congreso realiza «abriendo las puertas a los cambios en la ciudadanía». Habló entre otras cosas de que se requiere levantar esa empatía, tener tolerancia y crear conciencia con nuestros semejantes. En el lugar ningún invidente, a excepción de la maestras María de los Ángeles quién con gran naturalidad reía y contagiaba con su presencia.
Al frente con un poco de temor, la maestra María de los ángeles, tomó el micrófono, agradeció la presencia, destacó que los invidentes muchas veces no saben tocar las puertas por miedo, miedo a ser juzgados y el taller entre otras cosas intentará concientizar a la ciudadanía, » a que se pongan en los zapatos de los que «padecemos una discapacidad visual», dijo.
Los asistentes y colaboradores, permanecen atentos, en la sala las mujeres en su mayoría, parecen no distraerse ante los celulares o alguna platica improvisada, un par de niños inquietos corren en círculos gritando y corriendo, la maestra continúa su plática.
Luego de la presentación, comienzan a hablar de los antecedentes, ¿qué es la discapacidad visual? ¿Cuáles son las técnica más usadas por los ciegos? y ¿de dónde surgen los instrumentos más utilizados por los discapacitados? Continúa la plática, algunas tomamos apuntes, otros toman fotos y más fotos, pero como en son salón de clases, el desinterés empieza a parecer.
Una mariposa negra entra al salón, sobrevuela el lugar y pasa cerca de todos los asistentes, los niños maravillados persiguen su vuelo, la mariposa ha captado la atención de los asistentes, el desinterés apareció, entre los asistentes empezaban a bostecear, a platicar con la persona de al lado y a desviar su atención en pequeñeces, la mariposa sigue su vuelo por el lugar.
Cómo intuyendo lo que pasaba alrededor, la muestra expositora de esta tarde, sin ver lo que ocurría a su alrededor, solo por intuición, se detuvo un poco y adelantó los ejercicios que se tenían programados. «Bueno a mí la verdad me parece mejor hacerlo en la práctica» comienzan.
Un grupo de voluntarios, (incluida, la diputada anfitriona) les son vendados los ojos y empezaron a buscar objetos perdidos en la sala, con la ayuda únicamente del tacto. Ellos nervios en su mayoría, y con tono de broma, jugaban buscando el objeto perdido. En el salón regresa la «movilidad» y las ganas de continuar escuchando y participando.
La participación crece, sin embargo poco a poco la sala se va quedando vacía. El siguiente ejercicio requiere trabajo en equipo, la «idea es que pierdan el miedo, y que confíen en la persona que los guía» por lo que en parejas, los asistentes (colaboradores de los diputados del Congreso,en su mayoría) caminan por todo el lugar, los pasillos y las escaleras con los ojos vendados, solo tocando el hombro de sus guías, para recrear, lo que pasaría si no pudieran ver.
«No tengan miedo» insiste la expositora, «deben confiar en su pareja, caminen, caminen, guíense por sus demás sentidos» insiste la expositora mientras aguarda a los asistentes para que sientan cómo sería sus vidas, si no pudieran ver.
Y, así los ejercicios continuaron, para luego exponer entre ellos, que sintieron, cuáles fueron sus experiencias a ojos vendados, y sobre todo ponerse en los zapatos de quienes que de forma temporal y permanente han perdido la vista y tienen que enfrentarse a las carencias de una sociedad con una enorme falta de cultura y sensibilidad ante los ciegos, no sólo en Morelia, no sólo en Michoacán, si no en gran parte de País.
Al final, aquella mariposa que sobrevolaba el lugar, aguarda cerca de la Maestra María, quién con gran naturalidad voltio a su lado, al término del taller, preguntando; ¿es una mariposa? -Sí, le contesta- su compañera con una risa discreta, «no la había visto».