- La ya llamada de manera burda «generación de cristal» ha llegado a revolucionar lo que un día fue motivo para esconderse…
Morelia, Much. | Acueducto Noticias/Samuel Ponce y Jaqueline Espinoza.- La ciudad de la cantera rosa ha tenido grandes cambios con el paso de los años, pero los más notorios son en la apertura de pensamiento y diversidad sexual de los habitantes, la marcha del pride y los bares gay que ya rebasan la docena.
Todo cambio social viene de un movimiento de lucha, no es la excepción en Morelia, pues se logró avanzar en el respeto a los derechos e integridad de las personas LGBT.
Uno de los que vivió en carne propia este cambio fue Jorge Rojas, quien es un hombre de 46 años, abiertamente gay, lo que fue una ciudad llena de crímenes de odio y redadas, hoy cuenta con nuevas generaciones que ya no permiten se les pisotee por ser «minoría».
Imagen Alfredo Soria/ACG
«Afortunadamente para la comunidad LGBT, bares gay han existido siempre, pero antes los lugares eran mucho más ocultos, incluso clandestinos y había lugares en el centro, yo te puedo nombrar algunos, había uno en la calle Aquiles Serdán, donde ahora es la Casona del Teatro, ahí fue un bar gay hace 25 años» dijo Jorge rememorando su juventud.
En aquellos años, 1987, 1988, que la comunidad comenzaba a despertar, se entraba a los bares gays con clave, por puertas traseras y en lugares bastante escondidos, esa fue la obscura época en qué de alguna forma, la comunidad «no existía» pues nadie los veía, ni pretendían mostrarse para evitar ser blanco de ataques y señalamientos.
Algunos espacios en los que se reunían para convivir las personas homosexuales eran no más que cocheras con bocinas y mesas de plástico, así de manera austera trataban de ser libres en un espacio donde apenas si cabía la palabra «libertad».
El área de Ayuntamiento de aquel tiempo, trataba de cualquier forma de desmantelar estos lugares con la excusa de que ahí se distribuían drogas y asistían menores de edad, hasta que llegó «Con la rojas» un bar dirigido abiertamente para la comunidad, con todos los permisos y lineamientos correspondientes para que esos que tenían que esconderse, ahora bailarán sin miedo.
Las marchas en la ciudad también han sido un parte aguas, hace 27 años aproximadamente, la diversidad sexual tuvo que recorrer caminos empedrados para que al día de hoy, ese camino ya esté pavimento para las nuevas generaciones.
Imagen Alfredo Soria/ACG
«Lo he visto, lo he vivido, sí ha habido necesidad de hacer presión pero bueno, aunque a final de cuántas la comunidad seguimos siendo minoría, pues ya no somos tan minoría, no sé si viste la última marcha del orgullo ahora en junio, empezamos haciendo esa marcha con 100 personas y ahora fue una marcha con 60, 65 mil personas»
Espacios cada vez más abiertos e inclusivos son los que a lo largo de más de 25 años de persistencia se han logrado posicionar, al día de hoy, incluso Secretarías del Gobierno del Estado cuentan con un espacio que atiende en específico casos de la comunidad LGBT.
La ya llamada de manera burda «generación de cristal» ha llegado a revolucionar lo que un día fue motivo para esconderse, no solo en los bares y en las marchas se nota, sino en la vestimenta y en no tener miedo a mostrar quiénes son y defender sus ideas.