Morelia/Samuel Ponce Morales
Hoy, gran parte de los habitantes del territorio michoacano amanecimos tratando de digerir la noticia de la orden de aprehensión del ex secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, bajo la acusación de tener vínculos con el crimen organizado.
Si bien no está acabado el proceso judicial que confirme la acusación, basta la difusión del video en la que aparece con el líder de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez, La Tuta, para que, en muchos casos, la gran interrogante sea: cómo fue posible que el hombre llegará a gobernarnos.
Y es que, propios y extraños, reconocían en él, en Jesús Reyna García, a uno de los mejores operadores políticos de la entidad, lo cual demostró en demasiadas ocasiones, incluso en un momento dado sus adversarios perredistas y panistas avalaban que ya como interino continuara hasta el final de este gobierno.
Él dirigió a uno de los grupos más estructurados y compacto que ha tenido el priísmo en la entidad, él está considerado como un político duro, a veces autoritario, no pocas veces llegó a mencionar que el poder debía ejercerse y así lo hizo en sus diferentes cargos públicos, ya sea como procurador de Justicia, como legislador, como funcionario federal.
Hoy sin él, sin Jesús Reyna García, Michoacán parece cortarse un cordón umbilical, después de un lamentable parto hacia la realidad.
