Michoacán se viste de gala: La Fiesta del Pino y la Flor

Se realizará del 25 al 31 de mayo, donde se espera la afluencia de aproximadamente 35 mil visitantes de municipios vecinos y de Estados Unidos

(Foto | Alberto Barrera/ACG)
Comparte

Morelia, Mich. | Alberto Barrera/ACG.- Penjamillo, Michoacán, se prepara para celebrar una de las tradiciones más emblemáticas del Bajío: la Fiesta del Pino y la Flor. Este evento, que honra a la Virgen María, promete siete días de júbilo y devoción, del 25 al 31 de mayo.
La localidad, conocida por su alta tasa de migración, espera con los brazos abiertos a los miles que regresan para esta festividad. Se anticipa la llegada de aproximadamente 35 mil visitantes, no solo de Estados Unidos sino también de municipios vecinos como La Piedad y Camacutiro de la Unión.

Penjamillo destaca por ser un granero natural, con más de 22 mil hectáreas dedicadas al cultivo de maíz y sorgo. La agricultura y la ganadería son el corazón de esta comunidad, que se encuentra a tan solo una hora y 35 minutos de la autopista, en el kilómetro 326.
A pesar de su clima árido, Penjamillo es cálido en espíritu. Su gente, amorosa y alegre, ha superado tiempos difíciles y hoy celebra la paz y la continuidad de sus tradiciones.

La Fiesta del Pino y la Flor tiene raíces en la época de la conquista. Según la leyenda, los indígenas de la región se camuflaron con pino y la orquídea inés, endémica de la zona, para sorprender a los conquistadores españoles. Con el tiempo, esta tradición guerrera se transformó en una celebración religiosa en honor a la Virgen María.

Durante estos días, se llevará a cabo un recorrido tradicional conocido como «la entrada de la flor», donde se ofrece pino y orquídeas a la Virgen en agradecimiento por los milagros y la abundante cosecha. El 30 de mayo, la procesión se intensifica con la presencia de la Virgen, seguida por grupos litúrgicos y el ayuntamiento, presentando las ofrendas de pino y flor.

La mojiganga, símbolo cultural de la región, también juega un papel importante en la festividad. Grandes figuras avanzan en la procesión, mientras que versiones más pequeñas se elaboran en talleres locales para preservar esta tradición.