Michoacán on-line

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Carlos González Martínez

Aprendiz de Brujo y colaborador de Acueducto On-line

Con la renuncia de Fausto Vallejo Figueroa al cargo de Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo llega a su fin uno de los semestres más intensos de la vida política contemporánea del estado y, sin duda, el más sintomático de su historia reciente.

En estos singulares seis meses se concentran buena parte de nuestros déficit cívicos e institucionales, si no es que todos. En síntesis, pasamos del caos sin gobierno al gobierno del caos. Ciertamente con el antecedente de dos administraciones con impresentables resultados financieros (ambas debidamente rubricadas bajo la firma del mismo nombre como secretario de finanzas, hoy sujeto a proceso penal), pero sobre todo bajo la sombra siniestra del crimen transmutado en maquinaria electoral, Michoacán llega a los linderos finales del 2013 sumergido en la terrible patología que muy bien describió como causas de su intervencionismo la estrategia federal: debilidad institucional y erosión del tejido social. Dos componentes suficientes para desgraciar cualquier Estado y cualquier sociedad que algún día se preció de serlo.

Seis meses bastaron para terminar de debilitar las instituciones y terminar de erosionar el tejido social. De la aparición abrupta de los autodefensas a la renuncia del gobernador hay una sólo línea delgada pero profunda: el caos. Primero, el caos sin gobierno, pues no hubo institución alguna que pudiese (o queriese) confrontar y menos aún revertir el dominio de “la maña” y la proliferación de la desesperación de la gente en una franja más que considerable del territorio y de la población… que se supone que, junto con el gobierno, conforman la materialidad institucional y legal del Estado. Después: el gobierno del caos, pues lo que se logró controlar sólo fueron los síntomas, pero no las causas del desastre.

Hoy nos enfrentamos en Michoacán on-line, como este Acueducto, al fin de un momento y al inicio de otro. Se acabó el fin, ¿qué comienza ahora? La renuncia de Fausto abre un nuevo capítulo: la unción del gobernador sustituto y los preparativos de la elección general y concurrente de julio del 2015, a la que llevamos enrumbándonos ya tremendos siete años. ¿Cómo vamos a llegar? Y ¿a dónde nos vamos a enrumbar? Depende de nosotros/as.

Parafraseando al profesor Winston Churchill: hoy lo que se necesita en Michoacán no son “políticos/as” electoreros/as que sólo piensen en la próxima elección del 2015 (de ésos tenemos de sobra), sino verdaderos estadistas que piensen en la próxima generación de michoacanos y michoacanas. A ver si los encontramos. “Al tiempo”, como dice y escribe mi querido amigo Samuel Ponce.