Morelia/Samuel Ponce Morales
La moda del crimen organizado, de decapitar a sus rivales, parece estar de regreso en Michoacán. En la semana que terminó, autoridades reportaron el hallazgo de seis hombres asesinados con saña en Jalisco y sus cuerpos tirados del lado de Michoacán, tres de ellos decapitados y el resto mutilado de sus extremidades.
Además, otras dos cabezas –sin los cuerpos-, fueron también abandonadas en una cubeta de 30 litros en las calles del Municipio de Gabriel Zamora, con sólo unas horas de diferencia al hecho anterior.
En el caso de los seis cuerpos, el hallazgo fue realizado la mañana del 26 de mayo en el Municipio de Venustiano Carranza, colindante con La Barca, Jalisco. Las víctimas estaban dentro de un taxi que fue abandonado cerca de la carretera.
Los informes de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) señalan que tres de los cadáveres sufrieron desprendimiento de la extremidad encefálica.
Los restos decapitados fueron apilados en el asiento trasero de la unidad y los cadáveres cercenados estaban amontonados en la cajuela.
El taxi con los seis cadáveres tenía placas 49-60-LCY. Era de la agrupación Sitio Juárez, perteneciente al Municipio de Venustiano Carranza. Fue abandonado cerca de la carretera La Barca-Sahuayo, una zona donde narcos de Jalisco y Michoacán miden fuerzas en busca del control territorial.
Un informe de la PGJE detalla que ese día personal de la Dirección de Investigación y Análisis realizaba un recorrido en el Municipio de Briseñas, colindante con La Barca.
«El personal detectó que un vehículo de transporte público ingresaba del Municipio de La Barca a Michoacán y que era seguido por un vehículo oscuro.
«Tras percatarse que eran seguidos por personal policial, el taxi fue abandonado en una brecha localizada en el Municipio de Venustiano Carranza, mientras que la otra unidad se internó en la localidad de Ibarra dándose a la fuga», indica el reporte. Al día siguiente, cortaron más cabezas.
En Lombardía, como se conoce al Municipio de Gabriel Zamora, desconocidos abandonaron en la vía pública una barrica con dos cabezas humanas en su interior y un mensaje escrito en cartulina.
De todas estas víctimas, solamente una ha sido identificada. Se trata del operador del taxi en el que fueron abandonados los seis cuerpos en Venustiano Carranza.
Las investigaciones señalan que el trabajador del volante había realizado un traslado hacia el Municipio de La Barca, Jalisco, en donde supuestamente fue privado de la libertad junto a otras cinco personas, y después abandonados sus cuerpos en territorio michoacano.
También el pasado 24 de mayo un hombre fue encontrado decapitado en las inmediaciones de la comunidad Mata de Plátano, Municipio de Uruapan.
El 18 de febrero, apenas concluida la visita del Papa Francisco a la capital michoacana, fue localizada una cabeza humana abandonada en las calles de Apatzingán, también acompañada de un mensaje escrito a mano en cartulina.
«Wero y Pako Eliceas, aquí les dejo su basura, vengan a recoger. Aquí está su gente, secuestradores, extorsionadores y traicioneros», decía el mensaje.
«Díganle a sus patrones Chanda y Cenizo que aquí empieza el cobro a su traición y esto les pasará a todos los traicioneros y seguidores. Atte. Amigos del sr. Carlos Rosales», remataba.
Carlos Rosales, alias «El Tísico» y ex operador del Cártel del Golfo, fue encontrado ejecutado y torturado el pasado 7 de enero en un aparcamiento de la Autopista Siglo 21 junto a otros tres cadáveres.
«El Cenizo» es el alias con que se conoce a Ignacio Andrade Rentería, considerado el sucesor de Servando Gómez «La Tuta», ex líder del grupo criminal Los Caballeros Templarios y quien fuera detenido en febrero de 2015.
En tanto, «El Chanda» es el apodo de Gilberto Gómez, también conocido como «El señor de Úspero» y a quien autoridades ubican como operador de los templarios.
También el pasado 7 de febrero otro hombre fue decapitado y mutilado, y los restos abandonados en una brecha en Zamora junto a un mensaje firmado por “La Nueva Familia”.
La saña de los grupos criminales comienza a sembrar terror en las zonas en disputa, con una intensidad que no se percibía desde mediados de la década pasada.
En 2006, la entonces llamada “Familia Michoacana” hizo su presentación con un crimen de este corte: cortando la cabeza a cinco de sus rivales.
Las extremidades fueron esparcidas en la pista de baile de un bar en Uruapan, ante decenas de testigos que en ese momento departían en el lugar. Los sicarios todavía se dieron el tiempo de escribir un mensaje para poner sello a su macabra obra.
“La Familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes. Se muere quien debe morir. Sépanlo toda la gente, esto es justicia divina”, plasmaron.
El crimen fue incluso inspiración de una escena de “El Infierno”, la cinta protagonizada por Damián Alcázar y que narra la encarnizada lucha entre cárteles.
Pero hoy, la moda de los decapitados vuelve a saltar de la pantalla a las calles.